2. Antes de llover...

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   -¡Héctor, Héctor, Héctor!-Entró Vas gritando al departamento.

-¿Qué cojones pasa, Vas? ¿No han sido ni diez minutos y ya te has metido en líos? No se te puede dejar sola-Héctor se dio la vuelta y sus palabras se cortaron cuándo vio a su mejor amiga con la prótesis rota, poniéndola sobre su cara para que no se caiga, ya que si se la soltaba o no ponía la mano se caería y dejaría ver su cara-¿¡Pero que coño has hecho!?-Dijo gritando, estaba nervioso, no le había visto nunca la cara después del... Accidente, aún siendo mejores amigos.

-¡No lo sé!... Bueno... ¡Si lo sé!-Vas agachó su mirada, estaba nerviosa y asustada, ya que jamás se le había roto su prótesis, y pensaba que se iba a tener que hacer otra, y no quería en lo absoluto.

-Vas, dime qué pasó-Héctor se acercó más a ella, mirando a ésta a los ojos-Necesitamos saberlo para ver cómo arreglarlo.

-Bueno... Choqué son Sal Fisher y caí sobre... La prótesis-Dejó de sujetarla ya que había encontrado un 'punto' en el que no se caía ni se movía.

-¿Quién cojones es esa? ¡Voy a pegarle una hostia que no le van a reconocer ni sus padres!

-No es necesario... Y es hombre. Tiene el pelo azul celeste, y, es bajito, somos de la misma altura. Aparenta... Pues nuestra edad-Vas se quedó callada pensando ya que lo que acababa de decir no tenía ningún sentido-Bueno... No sé... Creo que aparenta nuestra edad.

-Primero que nada... ¡Par de enanos!-Héctor empezó a reírse fuertemente, ella era muy bajita, y siempre se lo recalcaba, era difícil encontrar a alguien de su misma altura, ¿Y menos? Imposible.-Segundo. ¿Qué cojones? ¿Cómo que 'no sabes' la edad que aparenta si al principio has dicho que aparenta la nuestra aproximadamente? Ya está confirmado, tú te drogas.

-A ver... No me drogo, antes que nada. Y tiene sentido lo que digo.

-¿Sentido? Dónde.

-Pues... Te lo digo de una. Usa también una prótesis facial, pude deducir su edad por su voz, era algo profunda, pero a la vez un poco aguda, era cómo escuchar a los mismísimos ángeles, hablar con él fue tan...-Vas se sonrojó, ¿Qué acababa de decir?-¡P-perdón, no dije eso!

-Uy, uy, uy... Cuidado que se pone celoso.-Volvió a reírse.

-¡Oye, puto niño, deja de reírte!-Algo le vibró en el bolsillo, le había llegado un mensaje, era Sal.

-Oh, vaya. Qué inoportuno.

Vas miró el teléfono, y se murió de vergüenza al leer el mensaje, a Sal se le cayó la sudadera y ella se la llevó por accidente.

-Joder, Héctor mátame, anda...-Se notaba que estaba sonrojada, pero no por nada, si no por vergüenza más que nada.

-¿Te dejó el del Roblox?-Volvió a reírse, hasta que se dio cuenta de...-¿Y ese sonrojo?

-Sólo mira esto.

Ella le enseñó el móvil a Héctor, para que empezara a descojonarse por lo que estaba leyendo, simplemente le parecía muy gracioso.

-Te ayudaría. Bueno, más bien, me quedaría, pero tengo Muay Thai, me han apuntado, asique me voy.-Dijo Héctor.

-Ah, es verdad, te habían apuntado... ¿Y no podrías quedarte? Será rápido.-Vas no quería afrontar ese momento sola, para ella era mucho, aún siendo sólo una simple sudadera.

-Eh... Lo haría, pero está a media hora de aquí el gimnasio al que debo ir, y ya voy tarde... Antes de irme. Recuerda. Sin globos no hay fiesta, que antes de llover chispea.-Héctor se rió en tono burlón y le guiñó un ojo a su amiga. Su mejor amiga. Era muy pervertida, asique cómo pensó él 'Por si a caso'.

Vassy FaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora