Capítulo 14

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"Si la primera experiencia es la que define el éxito de una unión, la mía está condenada al fracaso. Lady Ailsa y yo no nos entendemos. No sé de qué otra manera expresarlo, solo... no. No lo hacemos, en absoluto. Me pregunto si es por la falta de algún sentimiento de cariño y familiaridad entre nosotros o si eso no haría mayor diferencia en las circunstancias que estamos. Ella no me ama ni yo la amo, eso lo sabemos. Estamos conscientes. Ahora... que yo pueda ser que me sienta así por alguien más... sí, estamos condenados." (extracto del diario de Robin Drummond, durante los primeros días de su primer matrimonio).


–Después de lo sucedido en la tarde, pensé que estaban bastante claros los términos de esta unión...

En lugar de sentirse intimidada, Soleil esbozó una sonrisa burlona. Robin arqueó una ceja ante ello.

–No, milord, no lo están. Porque lo cierto es que, a pesar de todo, estamos casados.

–¿Lo estamos, lady Soleil? –Robin se incorporó– ¿realmente lo estamos si la unión no se consumó?

–¿Es eso lo que pretende, milord?

–No. Lo que pretendo es entender a dónde quiere llegar, lady Soleil.

–A lo que he dicho. Estamos casados. Eso significa que debemos llegar a un acuerdo sobre... todo.

–¿Todo?

–Sí. Todo. Porque antes... era diferente. Incluso la residencia, supongo debía ser en el castillo Drummond.

–¿Y ahora es diferente? ¿Porque no seré el regente?

–Milord, no creo que su pregunta sea seria.

–¿La verdad? No sé, lady Soleil, no pensé que seguiríamos casados después de la llegada de mi hermano. Pero el monarca evidentemente tuvo otros planes.

–Y ahora seguimos casados. Ese es mi punto.

–¿Qué quiere hacer al respecto? ¿Qué términos exactamente quiere tratar?

–Para empezar, ¿estaría dispuesto a dejar las tierras de Savoir?

–¿Por qué haría algo semejante?

–Porque... –Soleil desvió la mirada– ¿al menos puede considerarlo?

–Puedo considerar muchas cosas, lady Soleil. Lo cierto es que existen concesiones que podría hacer en nombre de esta unión... siempre y cuando lo fuera.

–¿A qué se refiere?

–A que consideraré los términos que podamos estipular, sólo si esta unión es real.

–¿Se refiere a...? –Soleil cerró la boca, sin poder continuar.

–Sí, milady. Únicamente si acordamos que el matrimonio llegue a consumarse para volverse legal, trataré de cualquier otro asunto con usted. Antes de eso, lo que sea que digamos o estipulemos, no tiene razón de ser.

–Siendo así... –Soleil se cuadró frente a él–. Hagámoslo, milord. Consumemos el matrimonio esta noche y, por la mañana, hablemos de los términos de nuestra unión.

Robin la estudió detenidamente. Soleil se veía rígida... y resignada. Dispuesta a cumplir con su deber.

–¿Realmente le parece que será tan malo, milady?

–¿Qué quiere decir? –Soleil se encogió imperceptiblemente cuando Robin había hecho ademán de acercar la mano hasta su rostro. La bajo de inmediato–. Yo no...

–¿No? ¿No quiere?

–Esto no tiene nada que ver con querer, milord.

–¿Ah sí?

Dos historias (Drummond #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora