14 - Una noche para beber

823 133 24
                                    

Jungkook vio llegar al profesor de Biología cabizbajo, arrastrando los pies lentamente hacia su vehículo mientras lo esperaba para poder ir a casa esa tarde. Al principio pensó que se veía cansado pero luego entendió que lo que reconocía en él realmente era tristeza. 

— ¿Otro día malo? — preguntó. 

— El peor, ya lo debes saber — respondió Jimin cuando estuvo a su lado. Levantó la mirada y lo enfrentó. — Felicitaciones, tú ganaste. ¿Eso querías, no? 

Jungkook no dijo nada de inmediato. Dejó que Jimin subiera al vehículo y luego él hizo lo mismo. Obvio que ya estaba al tanto de todo. Pero no pensó que el chico iba a verse tan derrotado. Esperaba más bien discutir con él como siempre. 

— Lamento que los mocosos esos te hayan alterado tanto — decidió decirle entonces. Jimin volteó a verlo sorprendido. No había esperado esa respuesta. 

— No es cierto. Es lo que tú querías. Querías verme explotar con los niños. Nunca te gustó mi forma de manejar las cosas. 

— Solo quería que no te dejaras pisotear, nada más — explicó el pelinegro. 

— ¿Por unos malcriados niños de 15 años con problemas? Ya lo hice, gracias. Me siento un adulto estupendo — replicó con ironía el rubio. 

— Vamos, sé sincero y admite que se siente genial por un momento darles una dosis de su propia medicina. 

— Jungkook, solo conduce ¿sí? — le pidió Jimin. — Ya no quiero hablar del tema. Es más…ya no sé si quiero volver a la escuela mañana — confesó entonces. 

— ¿De qué hablas? ¿Solo por una vez que te enojaste y cruzaste la línea? ¿No estás exagerando? 

— No es solo por eso, y no estoy exagerando. Tú no tienes idea de cómo me siento. 

— Ni siquiera se ha cumplido un mes desde que empezaste. Creí que a esta altura ibas a durar más. No te puedes dar por vencido ahora — insistió Jungkook. — Creo que solo necesitas dormir, tuviste un mal día — puso en marcha el auto y se preparó para conducir cuando Jimin de pronto abrió la puerta y salió del vehículo. — Oye, ¿qué haces? ¿A dónde vas? — le gritó desde la ventana.

El rubio había empezado a caminar por su cuenta. Estaba molesto. Jungkook se bajó del auto también y lo siguió. 

— Ya, en serio estás exagerando. ¿Ahora qué dije, eh? — preguntó mientras iba trás él. 

— ¡Ya basta! — entonces el menor se detuvo por fin pero solo para voltear y gritarle al pelinegro. — Deja de decirme que exagero, deja de decir que solo es un mal día. No ha sido un mal día, ¡han sido meses y meses de malos días! Tú no me conoces, no sabes por toda la mierda que tuve que pasar. 

— No entiendo de qué estás hablando — respondió Jungkook. Jimin estaba alterándose de nuevo. Claramente había algo que no estaba diciendo y necesitaba dejar salir.

— Yo…vine aquí creyendo que por fin podía empezar de cero, que todo mejoraría, porque después de tantos obstáculos alguien por fin me estaba dando una oportunidad porque lo valgo, y sabía que sería difícil pero iba a esforzarme, lo estaba haciendo — continuó Jimin. — Pero ahora me entero que todo fue una mentira. No le importo a nadie como profesor en realidad. Mi trabajo ya no vale nada. Y ni siquiera puedo enseñar a los chicos como corresponde. Fallé.

Jimin quería llorar al dejar salir todo eso, pero se estaba aguantando. No quería hacerlo frente a Jungkook. De todas maneras, éste lo notó, pues sus ojos estaban brillosos y rojos, y fuese lo que fuese lo que le sucedía, se sentía muy mal por él. 

La teoría del amor - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora