La teoría del amor - Kookmin

29 - Visita inesperada

Lo estaba viendo con sus propios ojos y seguía sin poder creerlo. Jimin no entendía qué hacía su ex alumno parado frente a la puerta de su edificio, y completamente solo. 

— ¿Quién es el mocoso? — preguntó Jungkook bastante confundido. Ese chico no iba a su escuela, llevaba otro tipo de uniforme.

— Es Suno. Mi alumno de Seúl — explicó Jimin entonces.

— ¡¿Qué?! — exclamó el pelinegro. Su instinto protector se activó y se colocó entre ambos. — ¿Este es el chico que te metió en problemas? ¿Qué mierda hace aquí? — quiso saber.

Suno era bajito, de cabello oscuro y tenía unas facciones bastante aniñadas a pesar de ser alguien de la misma edad de Jay. Se veía inocente pero Jungkook sabía bien que no lo era.

— Profe…yo, quería venir a hablar con usted — habló el chico luego con bastante miedo. No sabía cómo su mayor iba a reaccionar.

— Espera un momento. ¿Tú no deberías estar con Yoona y tu grupo? ¿Cómo llegaste aquí? ¿Cómo sabes donde vivo? — preguntó Jimin moviendo a Jungkook del medio y acercándose al adolescente. 

— Uh, bueno…me escapé de la excursión de hoy — confesó entonces avergonzado. — Y sabía donde vivía porque seguí a la profe cuando vino a visitarlo. Sabía que ella lo vería en algún momento y realmente necesitaba venir a verlo.

Jimin estaba sorprendido. No se hubiese imaginado que ese chico querría volver a relacionarse con él alguna vez o verlo siquiera.

— ¿Para qué? Oye, ¿tienes idea de todo lo que le causaste a Jimin? — replicó Jungkook molesto. Estaba conociendo en persona al niño que casi le había arruinado la carrera a su colega y no podía evitar detestarlo. Para él era una amenaza.

Ante aquel ataque el chico solo agachó la mirada y se aferró a su mochila. Se veía muy apenado.

— Jungkook, basta — dijo entonces Jimin. No quería hacerlo sentir peor.

— ¿Qué? Es cierto — se quejó su colega. — El que esté aquí solo va a causarte más problemas con sus estúpidos padres.

— ¡No! ¡Mis padres no saben que vine a verlo! Nadie lo sabe — contó el chico. — Vine solo.

— Pues con más razón — protestó Jungkook.

— Eso es cierto — coincidió Jimin. — Suno, tú sabes bien que nosotros no deberíamos vernos. Las cosas han sido muy complicadas.

— Le juro que no vine a causarle problemas. Al contrario, yo… quería venir a disculparme con usted — explicó el menor. — Hace rato he pensado en hacerlo y no iba a tener otra oportunidad más que esta para verlo a la cara y decirle cuánto lo lamento.

— ¿En serio? — Jimin lo miró asombrado. No estaba enojado con su alumno, nunca lo había estado y nunca lo había culpado a pesar de todo, pero tenía que admitir que escucharlo disculparse le hacía sentir mejor.

— ¡Demasiado tarde para eso! ¡Ya le arruinaste la vida! — replicó Jungkook. — Lo echaron por tu culpa, se tuvo que mudar a otra ciudad. 

— Hyung, basta — lo detuvo Jimin. — No digas eso.

— Profe, en serio lo lamento — las lágrimas ya corrían por las mejillas de Suno. Y una vez que empezó, no pudo parar de llorar. 

Jimin no podía verlo así. Se acercó a él y puso una mano en su hombro para consolarlo. Nunca lo había visto así, ni siquiera cuando todo el drama sobre ellos había estallado en la otra escuela.

Jungkook, por su parte, no podía creer que su colega todavía le tuviera tanta paciencia y sobre todo compasión a ese mocoso. Pero bueno, se trataba de Jimin. Por más que quisiera buscar una explicación, no la había. Conocía a su compañero demasiado bien a esta altura. Jimin nunca le daría la espalda a un niño llorando.