30 - Una tarde con el mocoso

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El viernes había llegado y en todo en lo que Jungkook podía pensar esa tarde era en su salida de esa noche con Jimin. Bueno, y con el tonto de Jay. Estaba entusiasmado pero no quería demostrarlo demasiado.

Así que después de la escuela decidió ir a entrenar al gimnasio para liberar un poco de energía. Y llevó a Jay con él para que hiciera lo mismo. 

Su amigo Mingyu también decidió sumarse a último minuto y ahora estaban los dos observando como el menor se miraba al espejo mientras levantaba unas pesas y admiraba sus propios músculos para nada desarrollados todavía. Practicaba poner caras sexies, y parecía preocupado por su aspecto físico cuando antes no le había dado tanta importancia a ese tema.

— ¿Y ahora qué le pasa a ese? — rió Mingyu mientras corría con Jungkook en el sector de las caminadoras. — Qué chistoso.

— Oye, tiene 15. Todos hemos pasado por esa etapa — le explicó su amigo. — Además… ahora parece que le gusta un chico, es normal que le preocupe su apariencia — le chismoseó a su compañero.

— Oh, ya veo…eso explica todo. Deberías darle algunos consejos, casanova. Tú eres el experto en conquistas masculinas.

— No le voy a decir nada a menos que me lo pida. Ya sabes lo odioso que es…

— Cierto. Bueno, igual creo que tiene suficiente viéndote a ti con Jimin — sonrió Mingyu. — Aprenderá del mejor.

— Lo dudo… — respondió Jungkook y dejo de correr. Tomó una toalla y secó su sudor. Su amigo notó que algo raro pasaba y fue a su lado.

— ¿De qué hablas? ¿Pasó algo? — quiso saber.

— Nada. Justamente no pasa nada. Con Jimin ya no…estamos juntos, por decirlo de alguna manera.

— ¿Uh? ¿Pero no dijiste que iban a ir al cine esta noche?

— Sí, como amigos. Ahora solo somos amigos. Le dije que ya no quería que nos acostáramos — contó finalmente.

— ¿Y por qué demonios hiciste eso? — Mingyu lo miró indignado. — Sí se nota lo mucho que te gusta.

— Porque sí. Siempre he tenido relaciones casuales con chicos a los que nunca vuelvo a ver. Ni siquiera recuerdo sus nombres — explicó Jungkook. — Es la primera vez que me acuesto con la misma persona a largo plazo, y no pude evitar confundir las cosas — se lamentó. — Es mejor poner un límite.

— Bueno, puede pasar. ¿Pero cuál es el problema si todo el mundo sabe que también le gustas a Jimin? Él te adora.

— No, yo no soy el tipo de Jimin. No para algo serio. Nos divertimos, pero él nunca tendría una relación seria con alguien como yo. 

— ¿Tú qué sabes? ¿Le preguntaste? — lo regañó su amigo.

— No me hace falta. Lo conozco — se defendió el pelinegro. — Conozco lo que me ha contado de su ex y la vida que tenían juntos, y te juro que ese otro y yo somos polos totalmente opuestos. 

— Quizás eso quiera ahora. A alguien diferente — lo animó Mingyu. — ¡Deberías decirle lo que sientes!

— No puedo — protestó Jungkook. — Ya me dijo que está de acuerdo en que seamos amigos. Si Jimin hubiese tenido algo que decir, lo hubiese dicho en ese momento. Ahora ya no importa.

— Claro que importa — insistió Mingyu. — Importa si tú lo quieres.

Jungkook negó con la cabeza. — Además yo no puedo ofrecerle todo lo que le daba su ex en Seúl. A penas sí gano lo suficiente para mí en este asqueroso vecindario. ¿Qué tengo para ofrecer? ¡Nada!

La teoría del amor - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora