La teoría del amor - Kookmin

12 - Pequeño inicio

Ir a pasar tiempo con Wooyoung esa tarde al taller de música fue de lo mejor que Jimin sintió que hizo en el día. Le gustaba estar en ese lugar, era tan tranquilo comparado con el resto de la escuela. Y los chicos estaban tan concentrados en sus actividades que ni siquiera les importaba su presencia allí. Nadie se reía ni lo molestaba ni lo miraba mal en ese lugar. 

Bueno, al menos eso fue hasta que vio a la solitaria jovencita Hwang Yeji llegar, preparar su música y prepararse para ensayar su baile lejos de todos, tal cual lo había visto ya en varias ocasiones en sus visitas al taller de música. El mal humor de la adolescente se notó en el ambiente apenas entró. No saludó a nadie y en cambio les echó una mirada de fastidio a todos. A Jimin ya le había tocado dar clases a su curso la semana pasada, y por lo que recordaba también la había visto con esa actitud. Nunca con una sonrisa.

También recordó en ese momento que la niña era hermana menor de Hyunjin, el responsable de su nuevo corte de cabello básicamente. Así que pensó que sería buena idea intentar hablar con ella para obtener algo de información sobre el muchacho. Así como había conocido un poquito más de Kang Taehyun, Jimin quería seguir conociendo al resto de sus estudiantes. Y de paso saber por qué la niña estaba tan malhumorada.

— Mejor no, ni se te ocurra acercarte — le advirtió Wooyoung al conocer las intenciones de su colega. — Cuando entra así quiere decir que tiene un mal día, mejor ni tratarla. No vas a conseguir nada más que que te mande al diablo. 

— Creo que me arriesgaré — lo contradijo el profesor de Biología. — Además no puedo quedarme de brazos cruzados mirando cuando veo a uno de mis estudiantes pasándola mal. 

— Okay…que conste que te advertí — respondió Wooyoung y observó al rubio dirigirse hacia el espacio personal de la adolescente. 

Jimin se acercó despacio y con una amigable sonrisa. La chica estaba sentada en el suelo, haciendo ejercicios de estiramiento y con sus auriculares puestos. 

— Hola, Yeji — le habló el profesor. Inmediatamente ella levantó la vista y clavó su mirada de odio en él. — ¿Cómo estás?

— Déjeme en paz — le respondió y siguió con lo suyo. 

— Uh, lamento interrumpir tu rutina, te vi bailar anteriormente y solo quería decir que creo que lo haces estupendo. 

La niña bufó y no le dio importancia. Lo ignoró. 

— Me preguntaba si podíamos hablar un momento — insistió Jimin.

— Estoy en mi hora libre, no moleste — replicó ella. — Hoy no tenemos Biología, no tengo nada que hablar con usted. Ahora lárguese. 

Jimin decidió ignorar la falta de respeto, y tratar de encarar la situación por otro lado. 

— No quiero molestar, solo quería saber si podía ayudar en algo. Todos aquí parecen de buen humor, menos tú. 

— ¿Y acaso está prohibido estar enojado, eh?

— No dije eso. Al contrario, me parece bien que te expreses si estás enojada. Sé que bailar te hace sentir mejor, pero también hablar sobre lo que sucede y descargarte podría ayudar.

— ¿Y se supone que hable con usted? — rió Yeji. — ¿Quién se cree? Ni lo conozco. Mejor váyase al diablo. 

Okay, Wooyoung había tenido razón. Pero eso no iba a detener a Jimin. 

— ¿Pasó algo con tu hermano? — le preguntó directamente. — Wooyoung me contó que no te llevas muy bien con él. Y como ya debes saber el chisme, fue él quien me arrojó un chicle en la cabeza ayer, y por eso ahora luzco así. Planeo darle algún castigo, así que si te hizo algo malo, puedo hacer algo con eso también.