9. El pedido de Kiran Ormanovich
Una semana después de la semana de los exámenes puedo decir que aprobé todo con un diez; a excepción de Álgebra I que apenas llegué a un siete. Pero puedo decir que soy la única que se sacó un diez en Sociología ya que Marine Cheo no se presentó al parcial.
Me siento como si estuviera en una nube repleta de felicidad. Cada esfuerzo que hice hasta el momento valió totalmente la pena.
Puedo respirar un poco y mi abuelo está el doble de feliz. Cuando vió las notas me abrazó y con una sonrisa y sin titubeos dijo "Yo sabía que este era tu camino en la vida y no esa estupidez que tu padre estaba fomentando". Le tuve que dar mi mejor sonrisa al punto de que me empezaron a doler las mejillas...
No culpo, pero él no puede tener lo que verdaderamente motiva mi alma. Y sé que aquello que quiero ser no va con sus planes ni con la ayuda que me proporciona.
La nueva sede de la facultad de Ciencias Económicas tiene una imponente fachada de ladrillos a la vista de un rojo oscuro que se parece a la sangre seca. Sus tres edificios, de tres plantas, se conectan entre sí a través del edificio central en donde están la dirección, la cafetería y algunas habitaciones dedicadas al ocio de los estudiantes. También tiene un campus con el pasto siempre cortado y con algunos asientos y mesas para uso común.
Suspiro y mi flequillo se mueve cuando paso la puerta del edificio principal. No se supone que tenga que estar acá porque hoy no tengo ninguna clase, pero Cyrene me preguntó si tenía tiempo para ayudarla a estudiar para el recuperatorio de la otra materia que cursamos juntos. Tiene un recuperatorio en unas semanas.
Saludo a algunos de mis compañeros de clases cuando doblo el pasillo que me lleva a la cafetería y mi celular empieza a vibrar.
Es un mensaje del chat grupal que tenemos con Jano y Cyrene.
Cyrene: Jan y yo fuimos a la biblioteca.
Jano: No, no nos fuimos. Salimos de ahí porque ella se puso a discutir con Vikesh Leiro.
Cyrene: No menciones al mujeriego de mi primo.
Jano: En fin, Terra trae tu culo hasta acá que te preparé una nueva bebida.
Sonrío a pesar de que no entiendo porque hablan en el chat cuando los dos están juntos.
La biblioteca está en el primer piso en el ala este.
Me giro para ir con ellos, pero me choco contra un pecho duro y masculino. Mi celular y algunos de los libros que llevo en la mano se caen al piso.
¿Otra vez? ¿De verdad me tiene que pasar esto otra vez? Estoy destinada a los clichés.
Me agacho para levantar mis cosas a la vez que una sombra rubia hace lo mismo.
-Perdón -murmura mientras me pasa uno de los cuadernos-, no tuve la intención de empujarte.
Madre Santa.
Conozco esa voz. La escucho todos los martes en Sociología.
Miro hacia arriba y me dan la bienvenida unos bonitos ojos almendrados más oscuros que los míos.
Kiran me mira con atención durante unos segundos antes de ponerse de pie. Está vestido completamente de negro con sus jeans ajustados y una polera de cuello alto. Y esta vez tiene unos auriculares de color verde en vez de los negros de siempre.
-No te preocupes -termino de recoger mis cosas y trato de pasarlo, pero él sigue mi movimiento-. ¿Sí?
-Yo... quiero... quería... quería saber si...
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ECLIPSE
Teen FictionTerra Von Faiser es una estudiante universitaria que tiene controlado cada aspecto de su vida; hasta que empieza a tener sueños humedos con dos chicos que se odian entre sí... ...