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18. Que reunión tan dispareja

El día de ayer fue un martirio hacerle entender a Cyrene que no estaba sucediendo nada ni que tampoco iba a suceder nada con su primo. Que todo se trataba de un malentendido y que la verdadera intención de Vikesh era mostrarme uno de sus tatuajes uno sus impresionantes abdominales.

Sí, sí dije impresionantes porque es la verdad. No soy ciega y mis ojos todavía funcionan lo suficientemente bien. Pero no sabía que debajo de esos buzos oversize que usa siempre escondía ese cuerpo...

Meneo la cabeza varias veces. No puedo estar babeando por Vikesh Leiro. Si se entera de estos pensamientos no va a dejarme en paz.

Después de que le hice prometer a Cyrene que ese malentendido vimos una película de terror hasta que se hizo demasiado tarde y me tomé un taxi para volver a mi casa.

Mi celular suena cuando salgo de mi clase de Economía.

Es un mensaje de Jano diciendo que él y Cyrene me están esperando en el jardín interior debajo del viejo roble.

¿En qué momento decidieron hacer un picnic? Como ninguno de los dos cursa esta materia tienen que hacer tiempo mientras me esperan.

Yo: ¿Por qué no vamos a la biblioteca como siempre?

Cyrene: Hoy hay demasiado ruido.

Jano: Exactamente y a Cy le va hacer bien tener el "sunlight" dándole en la cara.

¿Sunlight?

Suspiro y abro el chat en Instagram que tengo con Vikesh y Kiran; cuando les escribo que voy a estar en el jardín recibo un "okey" de ambos. Todavía me falta explicarles algunas cosas para la semana que viene. Sobre todo a Vikesh que tiene problemas para dar su propia opinión del tema.

Una brisa suave me levanta un poco el vestido que llevo puesto y unos cuantos mechones se me atraviesan en la cara. Es una suerte que el sol esté de lleno en lo alto; por lo menos para tener un poco de calor acá afuera.

Encuentro a mis amigos debajo del viejo roble que está perdiendo sus últimas hojas anaranjadas. Los dos están recostados encima de una manta acolchada de color crema.

Saludo a algunas personas mientras me acerco a Cyrene y Jano.

-¿De dónde sacaron esas almohadas? -señaló los almohadones grises que tienen a espaldas. Jano alza los hombros y me alcanza una-. ¿Es legal hacer esto? -les pregunto mientras dejo mí mochila a un costado y saco algunos folios.

-Privilegios de ser la hija de la rectora -dice Cyrene con una gran sonrisa-. ¿Te tomaste la molestia de pasarlo a limpio? -se refiere a las hojas que tengo en la mano. Cuando se las doy empieza a chillar -: ¡Muchas, Gracias! No tenías que tomarte esta molestia.

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