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16. Una sesión de estudio muy particular

—Gracias, por fin entendí lo que busca explicar el autor —me dice Kiran cuando termina de hacer unas anotaciones en su cuaderno. Su letra pareja y redondeada es muy diferente a la cosa ilegible de Cyrene y Vikesh.

—Ya era hora —la voz del pelinegro está cargada de burla.

Resoplo esperando la réplica de Kiran.

Uno...

Dos...

Tres...

—¿Por qué no te quedaste en tu casa si tanto sabes de la materia? Digo, no tenías que venir hasta acá a perder el tiempo.

—Tengo mis motivos —murmura Vikesh y puedo jurar que sus ojos azules se desvían un segundo hacia mí—. Pero como tampoco aprobé el parcial tengo que aprovechar que Cream decidió hacer de profesora particular por un tiempo.

Que suerte que la biblioteca esté casi vacía en estos momentos porque estoy segura que con sus discusiones ya nos habrían pedido que nos marchemos.

Pero lo que verdaderamente me preocupa es el silencio de Cyrene. Desde que nos sentamos en nuestro lugar habitual lleva sin decir ninguna palabra y tampoco me ha pedido ayuda con sus ejercicios.

¿Cuántas son las posibilidades de que me dé un ojeo por su culpa? Y sí sigue así se le va a formar una arruga de tanto fruncir el ceño.

No me puedo concentrar del todo porque sus ojos verdes están atentos a todos mis movimientos; cuando me tomo un tiempo para explicarle a Kiran alto que no entiende y en especial cuando su primo me llama por su apodo cutre.

Estoy bastante segura que lleva en el mismo ejercicio de Álgebra hace como mínimo diez minutos.

Me hace sentir un poco incómoda. Como si estuviera haciendo algo incorrecto o cometiendo un pecado sin retorno.

Entiendo que le pueda parecer extraño que esté en la misma mesa que Kiran Ormanovich y Vikesh Leiro cuando hace una semana sólo había intercambiado dos palabras con ellos. Pero por su comportamiento pareciera que estamos en un trío en vez de solo estar estudiando.

¡Dios santo! Que no estamos teniendo sexo.

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Estudiamos otros quince minutos hasta que Kiran anuncia que se tiene que ir.

—Me surgió algo importante —dice en general y empieza a guardar sus cosas—. ¿Me podés enviar un mensaje cuando estés libre? Creo que solo me falta repasar un tema y estaré listo para el recuperatorio.

—Claro.

—¿Ya te vas? —se burla Vikesh con un falso puchero—. Tanto que me estaba divirtiendo con tus preguntas.

Kiran lo ignora sin darle una mirada. Da unos pasos hacia la salida, pero retrocede y se inclina a mi altura.

—Gracias, Terra. —me da un beso cálido en la mejilla y se va.

Abro los ojos sorprendida ante ese gesto. Es la primera vez que Kiran rompe los límites personales simples. Hasta ahora me saludaba con un gesto en la cabeza o con la mano.

Aprieto las manos en un puño para evitar tocarme la mejilla. Mis pensamientos no tienen que ir a lados equivocados.

—Te pusiste roja —dice Cyrene saliendo por fin de su silencio mortuorio.

—Sí ... —Ya no hay ni una pizca de burla en el tono de Vikesh y ahora es su turno de mirarme con el ceño fruncido—. ¿Tanto te afectó?

—Silencio. Sigan estudiando que un recuperatorio no se aprueba solo.

Pero Vikesh tiene razón: el beso me afectó más de lo que debería. 

☆☆ Nota de Autor: ☆☆╮

Hola!! ¿Cómo están? Sé que la historia está siendo muy pro Kiran, pero es que yo necesitaba que apuntara hacia uno de los dos primeros para después entrar en crisis. Kiran fue simplemente porque se dió.
En los capítulos que vienen hay más sobre Vikesh y la forma en la que ella empieza a verlo con otros ojos 💌

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