Terra Von Faiser es una estudiante universitaria que tiene controlado cada aspecto de su vida; hasta que empieza a tener sueños humedos con dos chicos que se odian entre sí...
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10. ¿Te gustaría un croissant?
Odio. El. Otoño.
De verdad que odio la estación del viento y de las hojas anaranjadas que no hacen más que caer y caer. Para mí, es la peor estación del año; mucho más que el invierno y sus temperaturas debajo de cero.
El día de hoy el viento está mucho peor que en los días anteriores. Estoy cansada de arreglarme la bufanda y de sacarme el pelo revoltoso de la cara.
Resoplo y mi flequillo se mueve un poco. Lo tuve que cortar hace dos días porque ya no podía ver bien.
Llevo más de veinte minutos chupando frío en una esquina a dos cuadras de la facultad por culpa de esos dos ingratos ¿Quién me mandó a ayudarlos? Sí, sí el lema de mi papá.
Lo peor de todo es que en mi apuro de no perder el tren olvidé de agarrar el abrigo que estaba colgado en la silla; así que ahora estoy pasando frío con mis pantalones de vestir a cuadrille marrón y el sweater de lana que tiene un corte en v.
Ya estaba arriba del tren -a dos estaciones de la facultad- cuando recibí el mensaje de Cyrene diciendo que no podía venir a nuestra sesión de estudio porque le surgió un problema.
¿Y Kiran? No tengo la menor idea de dónde puede estar.
Reviso el celular otra vez y miro la pantalla como si por arte de magia va aparecer un mensaje de él.
Pero eso no va a pasar; ninguno de los dos fue lo suficiente inteligente como para pedir el número del otro.
Tampoco tengo idea de si usa redes sociales ¿En dónde puedo encontrar a alguien como Kiran Ormanvich que no sea un blog universitario? Porque ese es el aura que me da una persona como él. Quizá el suficientemente engreído como para llevar un blog de economía o algo así...
Niego con la cabeza. Un blog no me va a servir de nada ahora.
Desisto de Twitter y entro directamente a Instagram.
Lo encuentro después de varios intentos hasta que hice una mezcla entre su nombre y apellido hasta que di con "Kirmanvich". No me sorprende encontrar que no tiene ninguna destacada y que su feed está vacío salvo por una foto negra que ni siquiera tiene una nota al pie.
Me muerdo el labio preguntándome si le envío un mensaje o no. Capaz ni siquiera tenga la aplicación en su celular.
—¿Qué estás haciendo?
¡MIERDA!
Trago saliva y miro hacia arriba. Maldita sea ¿Por qué tiene que ser tan alto?
Kiran se baja los auriculares negros y los deja colgando sobre su cuello. Tiene una ceja alzada como si estuviera esperando una respuesta.
—Nada.—me apuro a salir de la aplicación y le doy una sonrisa tímida—. Te estaba esperando.
—Nada —repite con un cantito antes de mostrarme la pantalla de su celular—. Entonces ¿Por qué me acaba de llegar la notificación de que me seguiste en Instagram?
