ECLIPSE

14.

14. ¿Desde cuándo estás en esta clase?

Oficialmente, el lunes es el peor día de la semana. 

Y anoche apenas pude volver a dormir. Cada vez que lo intentaba tenía la imagen mental de unos ojos mirándome como si me quisieran comer. Di vueltas en la cama por horas hasta que logré conciliar el sueño.
Suspiro y meto la mano en el bolsillo de mi campera para sacar el celular unos segundos. Todavía faltan treinta minutos para que se acabe esta tortura llamada "Análisis Matemático I".  Estoy harta de los ejercicios interminables que la profesora nos da para hacer clase tras clase.

Dejo el celular arriba de la mesa e intento acomodarme en la silla. Llevar casi tres horas sentadas me está haciendo estragos en la espalda.

Reprimo un gemido cuando me doy cuenta que la profesora se levanta para escribir más ejercicios en el pizarrón. Tengo el cerebro frito de ver tantos números.

Estoy por copiar en mi cuaderno el primer ejercicio cuando empieza a sonar mi celular. Son notificaciones de mensajes entrantes. El primero es de Cyrene en el chat grupal que tenemos con Jano diciendo que va a llegar tarde otra vez y que luego irá directo a la biblioteca.

Perfecto. Me da tiempo para almorzar algo en la cafetería.

Los otros mensajes son de Vikesh Leiro y Kiran Ormanovich en el chat de Instagram que se llama "Tres son mejores que dos".

Gimo por lo bajo. Nunca tuve que aceptar la invitación de Vikesh de formar parte del grupo que decidió armar.

LeirVik: ¡Hola! Quería saber si hoy vamos a repasar el último tema.

Kirmanvich: Ok.

LeikVik: ¿Quién te dijo que respondas? La única que importa es Cream.

Kirmanvich: Terra. Se llama Terra, y todavía sigue en clases.

Yo: ¿Cómo sabes eso?

Kirmanvich: No sé... ¿Quizá por qué tus resoplidos se escuchan desde donde estoy?

Trago saliva.

¿Cómo puede saber él que estoy haciendo?

Alzo la cabeza y escaneo el aula hasta que lo encuentro a unas cuantas mesas por debajo de mí bastante cerca al pizarrón.

Lleva puesto una polera negra de cuello alto y sus rizos están atados en un moño desordenado.

Kiran levanta la mano y me da una sonrisa divertida antes de bajar la vista a su celular.

Un escalofrío me recorre la espalda.

Maldito engreído y malditos ojos marrones...

Ignoro las burlas de Vikesh y le escribo directamente a Kiran:

Yo: ¿Desde cuándo estás en esta clase?

Kirmanvich: Desde que comenzó el semestre.

Imposible. Es simplemente imposible. Me tendría que haber dado cuenta antes. Si vive interrumpiendo...

Una lamparita se me ilumina.

A diferencia de Sociología, nunca lo escuché hablar. Ni una vez. Si hubiera levantado la mano para hacer preguntas o comentar algo, me habría dado cuenta que él estaba acá.

Cuando Vikesh envía una foto de su cara -más bien- de sus hoyuelos empiezo a formar una teoría.

Kirmanvich: Si volvés a enviar una foto como si fuéramos tus admiradoras te bloqueo.

¿La respuesta del pelinegro?

Sip, otra foto.

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Cuando la clase finaliza espero que los demás y la profesora se vayan antes de acercarme a la mesa de Kiran.

—Hola.

—Hola. —Su voz grave me provoca un cosquilleo que decido ignorar—. Espérame un segundo que guardo esto —dice mientras empieza a guardar las cosas en su morral.

—Claro.

Termina de poner los últimos libros y se pone de pie en todo su esplendor. A veces me olvido lo alto que es y qué tengo que levantar la cabeza hacia arriba si quiero hablarle a la cara y no a sus pectorales.

—Se qué hará una escena porque vino hasta acá un día que no cursa —dice mientras nos acercamos a la puerta—. Pero ¿No querés ir a comer antes?

Bendito sea.

No voy a subsistir una hora más si no ingiero algunas calorías.

—Le voy a enviar un mensaje a Vikesh para decirle que vamos a la cafetería.

Sus cejas se arquean y murmura algo como "si no hay opción".

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