CAPÍTULO 17 PALABRAS INOCENTES

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 — ¿Comprometidos? — preguntaron Nerón y Luciana al mismo tiempo.

— Si, bueno, no lo han confirmado aún; pero sí que lo han hablado, ¿no? — Ramona se dirigió a su primo quien parecía haber perdido las ganas de vivir.

— Fue... bueno... una idea. Eso es algo entre ella y yo — balbuceó.

— No puede ser solo una idea, si están pensando en casarse, eso es un tema serio — alegó su madre.

— No le tomes importancia, madre. Ramona se deja llevar por la emoción y la sorpresa. Tengo que irme — anunció poniéndose de pie.

— Cham, es muy pronto, todavía no sirven el postre — exclamó con tristeza su madre — además, no puedes dejarnos así, cuéntame más sobre tu novia — dijo en una súplica.

— No hay más que decir madre, vendré a visitarte otro día.

— Déjalo tía, el postre lo espera en casa — bromeó Ramona.

— ¡Ramona!, cuida tu comportamiento — la reprendió su padre. Aunque es verdad, Luciana, alguien lo espera en casa y en este momento la pobre muchacha debe estar angustiada pensando en cómo hemos reaccionado a la noticia. Después de conocer a Ramona, es entendible que Itzam esté ansioso por verla.

Itzam no podía estar más en desacuerdo con la intervención de su tío; no obstante, le sirvió como excusa.

— Así es, mamá, estoy preocupado por ella. Muchas gracias por todo — se despidió de ella con un beso en la mejilla.

— Llámame cuando hayas hablado con ella, dile que estamos muy felices y ansiamos conocerla, que no se preocupe, por favor — pidió.

— Claro — prometió el joven con el corazón apachurrado por tener que mentirle a su madre de aquella forma.

«Voy a ahorcarla, la echaré a la calle de una vez por todas. Ahora sí me va a escuchar» despotricaba Itzam internamente contra Milenka mientras salía de la mansión de sus padres.

— ¡Itzam, espera! — Ramona lo alcanzó hasta su auto.

— ¿Qué quieres? — le preguntó él de mala gana.

— ¿De verdad estás preocupado por ella? — Quiso saber, acercándose peligrosamente a él.

Itzam alzó una ceja, mirándola atentamente. — ¿Qué es lo que en verdad quieres saber? — preguntó.

— Bueno, no hay duda de que ella recibiría una bala por ti; pero tú... no sé... no terminas de convencerme — dijo al mismo tiempo que enredaba sus brazos en el cuello de Itzam.

— No tengo por qué convencerte de nada — sentenció.

— Es solo una joven... — ya recorría su torso con las manos, — y tú eres más de... mujeres. Mujeres que sepan lo que quieres, que sepan... complacerte.

Itzam dejó salir un rugido al sentir la mano de Ramona en su entrepierna.

— Dime, ¿ella sabe lo que te gusta?, ¿te da lo que necesitas?

Su mano subía y bajaba sobre el bulto creciente en el pantalón de Itzam.

Mientras su cuerpo comenzaba a reaccionar a las caricias de Ramona, imágenes de Milenka aparecían en su mente, junto a un deseo inexplicable de que fuera de ella la mano que lo exploraba.

— ¡Aléjate de mí! — aterrorizado por la visión, lanzó a Ramona lejos de él.

— ¡No puede ser!, ¿me acabas de rechazar por ella?

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora