CAPÍTULO 10 CABRÓN CON SUERTE

63 7 0
                                    


— ¡Cham!, llaman a la puerta — Milenka se encontraba mirando televisión. Al llegar al departamento, Itzam se encerró en su habitación a descansar y ella, para no aburrirse, optó por ver una película mientras disfrutaba de un tazón lleno de helado. — ¡Cham! — lo llamó de nuevo, pero nada.

Se acercó hasta la habitación del joven y pegó la oreja a la puerta, no logró escuchar nada.

«Tal vez se durmió. Ay, no. Tendré que abrir yo. No se supone que nadie debe verme. Seguramente se está haciendo el dormido para que yo abra. Quiere ser mi tutor para que yo haga de mayordomo. Lo que le faltaba» alegaba mentalmente mientras bajaba las escaleras para abrir la puerta.

— ¡Voy, voy! — gritó antes de abrir.

— ¡Oh! — exclamó Noah al verla.

— ¡Hola! — dijo ella sonriente. El chico frente a ella era muy guapo. «Pero no tan atractivo como mi Cham»

— Tú debes ser... — Noah dedujo que se trataba de la mocosa llorona de la que tanto se quejaba su amigo.

— La mayordoma, eso soy ahora — Milenka torció el gesto en un mohín.

— Milenka, ¿cierto? — Noah la miraba divertido.

— ¿Cómo sabes mi nombre? — preguntó ella con curiosidad.

— Soy amigo de Itzam. Me contó sobre ti.

Los ojos de Milenka se iluminaron. «Habla sobre mí con sus amigos»

— ¿En serio? ¿Qué te ha contado?

— ¿Puedo pasar?

— Claro, claro, pasa. ¿Quieres tomar algo?

— Eres muy buena anfitriona — Noah estaba encantado con la amabilidad y vitalidad de Milenka, cuya imagen estaba muy distante de la que su amigo le había pintado.

— Te digo que soy la mayordoma — bromeó ella.

— ¿Dónde está el señor de la casa? — Noah le siguió con la broma.

— Tomando su sueño de belleza en su sarcófago, supongo.

Noah soltó un par de carcajadas ante las ocurrencias de Milenka.

— Entonces no lo despertemos, nuestra vida correría peligro — advirtió su amigo.

— Lo conoces bien. Hay limonada y refresco, ¿qué te ofrezco?

— Un whisky me sentaría mejor — respondió Noah.

— No puedo servirte alcohol, ni acercarme al alcohol, es más, ni olerlo — explicó ella.

— Entonces, refresco será.

Milenka corrió por un vaso y luego sacó el refresco de la nevera. Le puso un par de hielos y vertió el líquido en él, preparó otro igual para ella, mientras que Noah tomaba asiento en uno de los taburetes de la barra en la cocina.

— ¿Eres familiar de Itzam? Se parecen mucho — observó ella.

— Nos lo dicen bastante, pero no, solo somos muy buenos amigos — explicó Noah.

— Tú tienes los ojos diferentes.

Los ojos de Noah eran color miel, mientras que los de Itzam reflejaban una oscuridad infinita.

— Soy muy guapo, ¿cierto? — Milenka se asustó con la arrogancia de Noah.

— Mi Cham es mucho más guapo.

Noah echó a reír de nuevo.

— Lo sé, pero no por mucho — dio un sorbo a su bebida — ¿Tu Cham? Solo a muy pocos nos deja llamarlo así. Eres una chica con suerte.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora