CAPÍTULO 22 CONVIERTIENDOSE EN UN IDIOTA

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— ¿Todo bien? — preguntó Noah entrando a la oficina. — Tu tiempo ha terminado, Sorni — puntualizó Noah; era evidente que no era una charla amena la que sostenían. El abogado a regañadientes se alejó de Itzam; antes de salir de la oficina, le lanzó una última mirada de advertencia.

— ¿Se atrevió a golpearte? Debes despedirlo de inmediato — exclamó Noah furioso.

— No lo voy a despedir, es el abogado de la familia. Además, es el único que sabe de Milenka y está a cargo de todo lo que refiere a ella, en el tema legal, claro — explicó Itzam mientras revisaba el golpe en su mentón.

— ¿Cuál es su maldito problema?

— Cree que me acosté con ella — soltó Itzam.

— ¿No? —indagó Noah con suspicacia.

— Por supuesto que no — aseveró Itzam.

— Esos chupetones en tu cuello dicen otras cosas, hermano — Noah lo miró con la ceja alzada.

— No es lo que piensas, no me acosté con ella. Anoche la llevaba en brazos, iba muy borracha y bueno, se aprovechó...

— Una joven aprovechándose de Itzam Balcab, ¡que Dios nos ampare! — Itzam lo fulminó con la mirada, pero enseguida se derrumbó. — ¿Qué es lo que pasa en realidad?

— Rigo tiene razón, debería dejar que se la lleve lejos de mí — dejó salir todo el aire de sus pulmones en un largo suspiro. — Anoche descubrí que tiene poder sobre mí... me tiene aterrado — confesó. — No tienes idea de lo que me costó controlarme anoche. Si no fuera porque iba borracha, no me habría detenido. La había hecho mía, sin importar que el mundo ardiera por ello. Me nubló por completo la razón; todos mis sentidos estaban a su merced.

Se llevó las manos a la cabeza, despeinando su cabello con frustración antes de continuar.

— Estoy acostumbrado a tener el control. Yo elijo a la mujer que estará conmigo, me da el placer que yo deseo que me dé y... — apretó los dientes, molesto de tener que reconocer lo que la joven provocaba en él, — Milenka es impredecible, salvaje, apasionada... amorosa —arrugó la nariz, asqueado; la palabra "amor" le causaba hiel en la boca. — Me vuelve loco...

— La deseas y no está mal. Tranquilo, es natural, con ese cuerpo, esa cara, la pasión de su juventud. Es lista y sabe que puede conseguir lo que quiera y a quien quiera con una sonrisa, y te quiere a ti. Está jugando sus cartas — dijo Noah como si nada. — Deja de sufrir y disfrútalo. Una vez que te haya tenido, se le pasará y ambas partes serán libres.

— Estás enfermo, definitivamente. Hacer eso sería aprovecharme de ella, ¡imbécil! — le refutó Itzam.

Noah rodó los ojos, frustrado por la terquedad de su amigo.

— Si no fueras su tutor, ya te la habrías dado. A mí no me vengas con mierdas, Itzam Balcab. Anoche, cuando la viste en la fiesta y no sabías que era ella, todos nos dimos cuenta de lo que le hiciste con solo verla. Admítelo de una vez, la deseas en tu cama.

— Puedo desear muchas cosas, eso no significa que...

— Entonces deja que Rigo se la lleve.

— ¡Jamás! — aseveró. — Ella se queda conmigo.

— Quien te entiende. Te martirizas por desearla, pero quieres tenerla a tu lado. Sí que eres masoquista — señaló su amigo.

— No sé qué hacer — exhaló con fuerza.

— Te diré lo que pienso.

— ¿Es que no lo has hecho ya? — dijo Itzam con sarcasmo.

— Tienes que decidirte por el bien de los dos. O sigues tus bajos instintos o te alejas. No puedes estar en un punto intermedio, Cham.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora