CAPÍTULO 32 NO ME GUSTA EL EXHIBICIONISMO

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— ¿Los despertamos? — Noah y Ramona miraban desde la ventana que daba a la terraza a Itza y Milen acurrucados sobre la tumbona.

— Quiero conservar mi vida, Itzam odia que se le despierte, además, se ven muy agusto, ya despertaran ellos solos — respondió Noah.

—¿Quién lo diría? Itzam enamorado — Exclamó Ramona en medio de un suspiro.

— Parece que te alegras por él — Noah parecía escéptico a la felicidad que Ramona mostraba por Itzam.

— Lo estoy, creí que había echado a perder su vida, me alegra saber que no es así y sobre todo que es feliz a lado de una buena chica y no una mustia como Emilia — aseguró sin despegar la vista de la pareja plácidamente dormida.

— Me pregunto si te alegras igual por mi — inquirió con malicia Noah.

— Jamás, lo dejé muy claro anoche — respondió con tono posesivo Ramona.

— ¿Qué tanto miran ustedes dos?, oh, vaya, vaya —- exclamó Eliot con sorpresa al ver a su amigo dormido.

— Baja la voz, vas a despertarlos— demandó Ramona.

— Que desperdicio, este fin era para coger como locos y mira nada más a este par, acurrucados — con gesto repulsivo Eliot fingió una arcada.

Emilia y Lily apreciación arrastrando sus respectivos equipajes, ambas tenían un semblante sombrío, los ojos de Lily atravesaron a Ramona en cuanto estuvo frente a ella.

— Patético — masculló furiosa Emilia al ver el espectáculo que Itzam y Milenka presentaban.

— ¿No disfrutas de las vistas?, querida — se mofó Ramona

—Nos marchamos — Anunció Lili demandando la atención de Noah; pero este no se molestó ni en mirarla, solo movió su mano apurando para que se fuera.

Indignada Lily dio media vuelta tomó su equipaje y junto Emilia salieron de la casa sin decir nada más.

—Creo que has perdido a una privilegiada — señaló burlona Ramona.

—Siempre puedo encontrar otra, eso es lo bueno de ellas, son reemplazables— afirmó como si nada Noah.

—Necesito un café, ¿me acompañas? — pidió Ramona a Noah.

—Dejemos a los tortolos dormir un poco más — Noah aceptó la propuesta de Ramona y arrastró a Eliot con ellos.

— Yo quiero algo más fuerte que un café— afirmó Eliot.

Los alegatos del trío lograron despertar a Itzam, se complació ver como Milenka descansaba plácidamente en sus brazos. Se dedicó a observar la belleza de su rostro y a disfrutar de la calidez de su cuerpo, hasta que los rayos de sol que iluminaban aquella mañana hicieron lo propio y la despertaron.

Creyó que todo lo que paso había sido tan solo un sueño, hasta que se encontró con esos brillantes ojos negros que le aceleraban el corazón y la incitaban a perderse en ellos.

— Nos quedamos dormidos — dijo con voz adormilada.

— Tú te quedaste dormida — Una ladina sonrisa se extendió por el rostro de Itzam — yo apenas y pude pegar el ojo por tus ronquidos— bromeó.

— Oye, yo no ronco — se quejó Milen revolviéndose dentro de sus brazos, Itzam se lo impidió aprisionándola bajo su cuerpo y las chispas no tardaron en saltar, sus cuerpos eran como dinamita qué sólo necesitaban un chispazo para explotar.

Él fuego de la noche anterior reavivó y pronto sus labios estaban unidos negándose a despegarse una vez más.

Las piernas de Milen rodearon a Itzam por la cintura al mismo tiempo que introducía las manos bajo su camisa, dejó escapar un jadeo al sentir el roce de su hombría contra su parte más íntima, la fina tela de sus ropas era lo único que impedía qué no se enterrara en ella como ansiaba hacerlo.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora