CAPÍTULO 18 GIN TONIC

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— ¿De qué sirve que me haya dado un celular si ni siquiera me llama? — se lamentaba Milenka echa un ovillo sobre el sofá, sosteniendo el dichoso teléfono por encima de su rostro. — Dos semanas con esta cosa y solo tengo dos mensajes suyos, es tan deprimente — se quejó al revisar los mensajes de texto de Itzam que no iban más allá de un: "Voy salir, no te quedes despierta hasta tarde" y era todo.

Ciertamente desde que obtuvo el celular ya no se aburría tanto como antes, ocupaba la mayor parte de su tiempo hablando con sus compañeras del colegio, sin embargo, no era suficiente para ella, con quien realmente quería hablar, no le prestaba ni la mínima pizca de atención.

Se encontraba concentrada contemplando la fragilidad de su existencia cuando el timbre sonó, en posición de alerta se puso de pie.

«¡No puede ser!» pensó, indecisa sobre si abrir la puerta o no.

«¿Para qué me preocupo?, ya todos piensan que soy su novia... no sería extraño que me vieran aquí», se animó internamente.

«Él no quiere que hables con sus amigos» le respondió una voz en su cabeza.

— Ninguno de sus amigos viene aquí, estoy segura de que se los ha prohibido... es tan amargado.

«Se va a molestar. No le des más razones para que nos siga ignorando»

— No me importa. Si en verdad quisiera que no hablara con nadie, bien podría haber prohibido la entrada a su departamento, así que no es mi culpa.

Llena de valentía, corrió a ver quién llamaba a la puerta con tanta insistencia.

— ¡Ramona! — exclamó con sorpresa al ver a la prima de Itzam.

— Me lo imaginé, la pobrecilla encerrada en casa e Itzam de camino a la fiesta — dijo Ramona con voz dramática mientras entraba al departamento.

— ¿Disculpa?, ¿de qué hablas? — quiso saber Milenka.

— De la fiesta de Eliot. Es hoy, y como lo supuse, Itzam se las arregló para no llevarte. Todo el mundo le ha estado insistiendo en que te presente, pero se ha negado a hacerlo. No entiendo, ¿qué le pasa?

«El muy desgraciado pasándola bien y yo aquí, muriéndome por un mensaje suyo» pensó Milenka con indignación.

— ¡Mierda!, ¿no te lo dijo? — Ramona cubrió su boca en un gesto exagerado de sorpresa.

«Por supuesto que no me lo dijo, si por el fuera, yo no estaría aquí»

— ¡Claro!... claro que me lo dijo.

Primero muerta antes que quedar como la tonta novia a la que encierran en casa, mientras el tipo se la pasa de lo lindo con sus amigotes.

— Es solo que yo me negué a ir, ¿sabes?, no me siento cómoda con que me presente a sus amigos. Creo que es muy... rápido — explicó.

«¿Con que eso haces todas las noches?, ir de fiesta en fiesta...» seguía despotricando en su interior contra Itzam.

— ¡Pero si ya viven juntos!, conocer a los idiotas de sus amigos es lo de menos — alegó Ramona.

— Vamos paso a paso, para no sentirnos tan abrumados — a Milenka se le estaban acabando las excusas. Un par de minutos más y ya no podría justificar el por qué Itzam se negaba a presentarla a sus amigos.

— Tenemos 20 minutos para que estés lista. Corre a cambiarte — demandó Ramona.

— ¿Qué?, ¿cambiarme?, ¿para qué? – preguntó Milenka confundida.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora