CAPÍTULO 25 MI PROMETIDA

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— Te dije que no era buena idea — reclamó Milenka a Doecchi mientras esperan en la oficina del director a que sus respectivos tutores se presentaran y recibir junto a ellos el castigo correspondiente por estar fumando y bebiendo dentro del colegio.

— Nadie te obligó santurrona — respondió él despreocupado, desparramado en su asiento. Se veía más aburrido que temeroso.

Mientras tanto Milen se moría de los nervios y aun más de la pena, Rigo movió mar y tierra para que pudiera entrar a aquel colegio, usó sus influencias, pidió favores, en incluso le prestó su propio apellido y con ello el prestigio y el respaldo de la familia Sorni y ella lo estaba haciendo quedar muy mal.

<< En qué estaba pensando>> se reprochaba la joven.

Comenzaba a considerar seriamente que su compañero de travesuras era muy mala influencia para ella, sin embargo, él tenía razón, nadie la obligó a seguirlo hasta la azotea del instituto, ni aceptar el cigarrillo, ni a destapar aquella cerveza tampoco.

Afortunadamente no alcanzó a darle ni un sorbo a la lata de cerveza, sus primeras caladas al cigarro fueron desastrosas, por poco y se ahoga ella misma y ni qué decir del sabor que dejaba en su boca era increíblemente desagradable, se preguntó por qué la gente lo hacía, sin embargo, continuó fumando y no solo uno, para cuando los descubrieron ya era su segundo cigarro.

Estaba harta de que todos la vieran y la trataran como a una mocosa, odiaba que Itzam la llamara así y tontamente creyó que con un cigarrillo en la mano se vería como toda una mujer.

<< Soy tan estúpida>>

Pero ya no ganaba nada con lamentarse, solo le quedaba disculparse sinceramente con Rigo, afortunadamente este era comprensible, empático, amable y considerado, porque si fuera Itzam, lo creía capaz de apagarle un cigarro sobre la piel para que jamás lo volviera a hacer.

<< Tendré que convencerlo de que no se lo diga>> meditaba Milenka << seguramente me llevaré un buen castigo por esto>>

— Debo dejar de hacer estas cosas — se dijo así misma en voz alta.

— ¿Qué quieres decir con eso? — inquirió Doecchi a su lado, su voz era pastosa y aflojerada.

— A que mi etapa de rebeldía terminó — respondió en medio de un suspiro la joven — Estas estupideces no son para mí — concluyó.

— Entonces prefieres el camino del bien y la aburrición — se mofó él.

— No es lo mío Samuel, ¿sabes lo que me espera? — exclamó con exasperación.

— ¿Qué te preocupa?, no tienes padres, nadie te dirá nada — Milenka exhaló de golpe todo el aire en sus pulmones como si hubiera recibido un puñetazo en la boca del estómago, jamás en toda su vida escuchó de forma tan cruda su realidad, que no tenía padres.

— No, no los tengo — exclamó con los dientes apretados y los ojos llenos de lágrimas.

— Lo siento, no quise ... — De inmediato Doecchi se percató de su imprudencia; pero era tarde, Milenka estaba realmente furiosa con él joven.

— No te disculpes, es verdad no tengo padres; Aunque es lo mismo que tener unos que no se preocupen por mi — no sientió ni el más mínimo remordimiento de devolverle el golpe a Doecchi — Itzam, tiene razón, debo alejarme de ti, no haces más que corromper a quien tienes cerca.

— Tu querido Itzam es peor que yo — masculló furioso Doecchi.

— Eso dices por que le tienes envidia, ahora lo veo, me buscas solo para molestarlo, no soy tan tonta como crees, Samuel.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora