CAPÍTULO 34 LOS OJOS DE TU MADRE

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Descansando sobre el hombro de Itzam, Milen intentaba controlar su respiración, la cabeza aun le daba vueltas y partes de su cuerpo seguían sensibles, tampoco salía del asombro por haber conseguido su primer orgasmo y continuar siendo virgen.

-Me he estado perdiendo de muchas cosas- lamentó.

— ¿Cómo es posible?, solo nos... frotamos — inquirió confundida, todo referente al sexo era nuevo para ella.

— Se puede llegar al clímax de muchas formas sin necesidad de penetración — explicó Itzam con voz grave y agitada.

— Gracias — susurró Milen sobre su cuello.

— Nunca me había agradecido por un orgasmo, al menos no de esta forma, supongo que debo decir de nada — sonaba divertido, sin embargo, su cuerpo se sentía tenso.

—¿Estás bien? — al incorporarse Milen noto como un gesto de dolor surco el rostro de Itzam.

— No — respondió exhalando todo el aire en sus pulmones — Tengo que terminar un asunto — explicó.

— O si estoy distrayéndote, tienes que trabajar — Respondió ella con inocencia al ponerse de pie.

— No es exactamente de trabajo — Itzam dirigió su mirada al doloroso bulto dentro de su pantalón.

— Oh — Milen se llevó las manos a la cara sorprendida — Lo siento.

— No te preocupes, voy al baño — Itzam odiaba tener que terminar con la ayuda de su mano, ni de chiste se acercaba al placer que provocaba hacerlo dentro de una mujer; pero no le quedaba de otra. De alguna forma tenía que pagar un precio por el atrevimiento de ceder a su deseo por Milen.

A su vez Milen tomó un par de pañuelos del escritorio de Itzam, para limpiar la humedad entre sus piernas, abotono de nuevo su blusa y se acomodó el uniforme lo mejor que pudo, todo esto aún bajo los efectos de la descarga sensaciones que provocó el orgasmo en ella.

— No necesito ser anunciada, puedo ver a mi hijo cu... — La madre de Itzam se atraganto con sus palabras al encontrarse con Milen dentro de la oficina de Itzam.

— Ella es la señorita Milen, vino con el señor Itzam — anunció Lucy con nerviosismo — Qué esperas, niña, saluda es la madre del señor Itzam — la reprendió Lucy.

— Oh, lo siento, mucho gusto señora, soy Mil ...

— Su novia, eres tú la chica que ha estado viviendo con mi hijo, Ramona me ha hablado de ti — exclamó la mujer sin salir de su asombro.

— Si esa soy yo — respondió Milen tímidamente.

—Al fin te conozco, le he pedido a Itzam unas mil veces que nos presente y solo me respondía con evasivas, en fin, ya estamos aquí, encantada de conocerte Milen— se acercó a la joven y la saludó con un beso en cada mejilla.

— El gusto es mío.

— Ramona dijo que eras joven; pero eres toda una mujer, una muy hermosa tengo que decir.

— Gracias, usted también es muy guapa, ahora sé de dónde la sacó Itzam— alabo Milen.

— Tonterías querida, Itzam es igual a su padre en todos sentidos — y era verdad, Luciana era de piel clara, ojos verdes y su cabello una mezcla de mechones rubios y platinados, de gran porte y elegancia, toda una dama de sociedad.

— ¿Madre?, ¿qué haces aquí? — preguntó, Itzam al ver a su madre platicando animadamente con Milen.

— Ahí estás, si no vengo a verte tu jovencito — lo señaló con el dedo índice — ni te acuerdas de mí, soy una anciana que vive sola, no te preocupa que me pueda pasar algo — reclamó.

OSCURA INOCENCIA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora