Panfletos

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—Pase — dijo el director creativo.

Había llamado a Lisa a la oficina.

—Necesito que nos hagas más conocidos o esta empresa se irá a la quiebra. Ya tengo todo lo de publicidad, solo faltan las personas correctas.
—De acuerdo, señor. Gracias por la oportunidad.
—Tenlo muy presente Lisa, es tu única manera de lograr subir de puesto.

Al llegar a su departamento, Tzuyu y Lisa comenzaron a trabajar en nuevas técnicas.

—Se supone que somos una casa productora, no publicistas — dijo Tzuyu.
—Cállate, o nos echarán a todos a la calle.

Ambas se desvelaron, ni siquiera esperaron a una aprobación de los demás.

—Dime tu secreto — susurró Jennie en el oído de Lisa al verla tan concentrada en el escritorio.
—Te lo diré después.
—¿Necesitas ayuda?
—Necesito que imprimas miles de estos — Lisa le entregó varios panfletos.

Todos los empleados de la casa productora tenían panfletos en sus manos para darse a conocer. Todos salieron a las diez de la mañana a caminar por las calles de Nueva York para hablar sobre su casa productora y preguntar si alguien se les quería unir, incluso habían contratado un salón entero para promocionar su nueva película y también su última esperanza.

—Te veré afuera — dijo Tzuyu.
—¡Sí! — Lisa estaba ocupada.

Al parecer todo mundo había dejado la productora, o eso creía.

—Pensé que también irías a hacer publicidad — era Jennie.
—Dios, que susto — Lisa tocó su pecho — Iré enseguida, aún estoy contando mis panfletos.
—Vamos.

Jennie tomó a Lisa de la mano y salieron de la casa productora. Subieron a un edificio de Nueva York, Lisa estaba asustada al ver qué los de seguridad las seguían por haber subido a la azotea.

—Jennie, nos meterán a la cárcel, debemos irnos — trató de detener a Jennie.
—Dame los panfletos.

Lisa le entregó todos y Jennie se acercó a la barda.

—¡Jennie!
—Tranquila — Jennie empezó a reír —¿Lista?
—¿Qué? ¿Para qué?
—Esto.

Jennie lanzó todos los panfletos al aire y veía como caían desde el cielo con una hermosa sonrisa.

—Estás loca — Lisa comenzó a reír.

Ambas asomaron su vista a las calles de Nueva York y observaban como la gente comenzaba a tomar todo lo que bajaba del edificio.

—¡Hey! — uno de los de seguridad al fin las encontró —¿Qué están haciendo?
—Lo siento tanto — Jennie fingió tristeza —Mi novia... — tocó el brazo de Lisa —Son sus últimas semanas de vida y quería observar Nueva York desde una perspectiva diferente.

Jennie cubrió su rostro con sus manos mientras fingía que lloraba.

—Yo, lo siento tanto — dijo el de seguridad —Las dejaré unos minutos, solo no tarden.

El de seguridad cerró la puerta y dejó a las chicas solas.

—Con eso no se juega... — Lisa miró a Jennie decepcionada.
—Admítelo, fue divertido.
—Tal vez — respondió admirando la vista.
—Hay que regresar.

Jennie bajó de la azotea y dejó unos minutos a solas a Lisa.
Lisa suspiraba con la bella vista, y desde ese instante; sabía que no regresaría nunca más a California.

Horas después, las chicas encontraron a su grupo de amigos en Central Park.

—¡Será dentro de dos meses! — gritaba Tzuyu.
—¿Qué haces? — preguntó Jennie.
—Tú que crees — respondió Tzuyu.

Lisa realmente no tenía ganas de repartir panfletos, pensaba que quedaría en ridículo. Más sin embargo, recordó que era su única esperanza. Trató de convencer a varias personas que pasaban por el parque, les hacía ver lo increíble que era la productora y lo lejos que podrían llegar.

—Claro, incluso cuando la productora crezca, podrá comprar acciones — le dijo Lisa a una señora —Y también...

El teléfono de Lisa comenzó a sonar, era Rosé.

—¡Señora! — Jennie se acercó a la persona con la que se encontraba Lisa.

Jennie era buena en publicidad y tratando de convencer a las personas.

—Hola, amor — respondió Lisa.
—¡Panfletos, panfletos! ¡Venga por sus panfletos! — gritaba Tzuyu como si los estuviera vendiendo.
—¿Qué es eso? — Rosé rió.
—Ah, están practicando para la nueva película — Lisa cerró los ojos con fuerza.
—Si que has progresado.
—Siempre — hubo un corto silencio.
—Solo quería ver cómo estás — suspiró.
—Estoy bien ¿Tú qué tal?
—Trato de crear un nuevo guión pero no tengo más ideas.
—Idealiza mi vida en Nueva York, eso ayudará.
—¡Genial! Gracias amor.

Rosé colgó y Lisa se acercó a Tzuyu.

—¿Qué rayos te pasa? Gritas como una horrible voz de ambulante, creerán que estamos vendiendo una productora falsa.
—Tranquila, ya tengo a tres — Tzuyu sonrió orgullosa.

Lisa buscó a Jennie, y la encontró. Sentada con la misma señora de hace unos minutos en una banca.

—Solía cantar en Broadway, hermosas luces blancas me rodeaban... — decía la señora.
—Eso es hermoso — respondió Jennie —¡Lisa! Ella es la señora McAlister.
—Un gusto — respondió Lisa.
—Pareces una buena chica — dijo la señora —Denme uno de sus panfletos.

Lisa le entregó uno y sonrió.

—De verdad muchas gracias.
—No hay de qué, las llamaré en cuánto llegue a casa.

La señora McAlister se levantó de la banca y se fue por un hermoso camino de Central Park.

—Muy bien — dijo Lisa con una linda sonrisa.
—Gracias — Jennie devolvió la sonrisa.
~

—¡Dime que ella es mamá! — Summer agitaba el brazo de Lisa.
—Todavía mi historia está empezando, no creo que sepas quién es.
—Quiero que sea ella, es muy divertida y linda — Summer sonrió.

El teléfono de Lisa comenzó a sonar.

—Hola... — era la madre de Summer.
—¿Es mamá? — preguntó Summer, Lisa asintió.
—Lamento molestarte, pero mi equipo de trabajo quiere que hagamos una cena esta noche para arreglar algunas cosas ¿Puedes quedarte con Summer esta noche?
—Claro — respondió Lisa amablemente.
—¡De verdad muchas gracias! Te lo recompensaré.
—¿De qué hablas? Es mi hija — Lisa rió.
—De acuerdo, dile a Summer que la amo, tengo que colgar.
—Adiós.

La madre de Summer colgó.

—Te quedarás conmigo esta noche.
—Tienes que contarme toda la historia.
—Claro que sí, ahora vamos por un helado.

Lisa y Summer siguieron caminando por Central Park.

—Estaba pensando en Rosé, se suponía que estabas con ella.
—¿A qué te refieres?
—Siento que algo surgirá con Jennie —Lisa comenzó a reír.
—Eso lo descubrirás conforme avance la historia — dió un leve toque a la nariz de Summer.

Totalmente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora