Come helado y corre

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Pasaron dos meses, y Lisa estaba completamente enamorada de Jisoo. De la misma forma, Jisoo no podía pasar un solo día sin su amada Lisa.
No había un día en el que las chicas se vieran o visitaran el trabajo de la otra, todos los viernes Lisa se quedaba en casa de Jisoo para evitar incomodidades con Tzuyu respecto a situaciones íntimas.

Era un sábado por la mañana, Lisa se encontraba profundamente dormida al lado de Jisoo. Jisoo admiraba a su pareja con una profunda mirada de amor.

—Buenos días... — susurró Jisoo.
—Buenos días — Lisa se estiraba en la cama para abrir los ojos.

Lisa por fin abrió los ojos y miró a Jisoo.

—Te amo — Jisoo acariciaba el rostro de Lisa.
Y yo a ti — Lisa dejó un lindo beso en la frente de Jisoo.

Ambas estaban totalmente desnudas, lo único que cubría el cuerpo de ambas eran las sábanas blancas. Lisa tenía pensado seguir pasando un momento tranquilo y romántico en la cama con Jisoo, pero algo lo impidió.

—¿Qué es eso? — Jisoo se sentó rápidamente en la cama.
—Una ambulancia.

Y no era una ambulancia, era el camión de los helados favoritos de Jisoo que tocaba esa melodía avisando que estaba en la calle.

—Es el camión de los helados.

Jisoo se levantó sin cubrir su cuerpo y abrió la cortina de la ventana que daba hacia la calle.

—Jisoo, estás desnuda — Lisa reía.
—Pues que disfruten — Jisoo comenzó a bailar en la ventana.

En cuánto el camión se acercaba a casa de Jisoo, ella salió corriendo. Lisa le lanzó una sábana para que cubriera su cuerpo. Lisa pasaba los mejores momentos a lado de Jisoo, no podía creer que había conocido una chica tan linda. Asomó su rostro por la ventana y Jisoo cubría su cuerpo con la sábana mientras compraba litros de helado sin pena alguna, y al parecer el señor que vendía ni siquiera se veía incómodo, parecía conocer a Jisoo en todas sus facetas de la mañana.

La chica entró a su casa, sacó dos cucharas y servilletas, y subió a la habitación donde se encontraba Lisa.

—Su desayuno, señorita — Jisoo le entregó un litro de helado a Lisa con una sonrisa divertida.
—Que gentil es.

Jisoo encendió la televisión y se volvió a acostar en la cama.

—Ese señor te conoce ¿Cierto?
—Sí, muchas veces me ha visto en todas mis facetas. Ya sea en el trabajo, saliendo de una ducha — decía Jisoo con la boca llena.

Mientras Jisoo comía helado, Lisa miró a los lados de la gran habitación. Solo había cosas de Jisoo, luz cálida del sol entrando por la ventana, tacones y ropa regados por la habitación... Por supuesto que uno de esos conjuntos era de Lisa. Volteó a la ventana y notó la ruidosa ciudad en movimiento, volteó de nuevo a la habitación y solo era vacío y el sonido de la televisión un poco baja.

—¿Hace cuánto que no estás con alguien?
—Mucho — Jisoo bajó la mirada —¿Y tú?
—Creo hace un año.
—¿Crees?
—Ya no llevo la cuenta.

Jisoo dió un último bocado a su helado y se levantó de la cama.

—Vístete.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Iremos a correr hasta Central Park.
—Jisoo, yo no corro. Bueno, a veces.
—Levántate — Jisoo tiró de los brazos de Lisa para levantarla.
—Primero me llenas de helado y ahora quieres que salga a correr — Lisa rió irónica.

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