Galletas de canela

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Al tercer día después de que Rosé se marchó, Lisa visitó a Jennie.

Jennie, abre la puerta — Lisa tenía su frente recargada en la puerta mientras lloraba.

Jennie abrió y Lisa cayó encima de ella.

—¿Pero qué te sucede?
—Rosé y yo terminamos, Jennie.
—¿Pero por qué?

Jennie levantó a Lisa y la llevó al sofá.

—Cuando le estaba dando mi propuesta dijo que se había acostado con alguien, nos sentamos bajo la sombra de un árbol y lo arreglamos, no pude evitar decirle que te besé porque sería una mentirosa. Todo terminó bien pero yo realmente estaba enamorada, sigo... De ella.

Lisa comenzó a llorar aún más fuerte, la personalidad y humor de Jennie querían reír por la forma en la que se veía Lisa, pero era algo irrespetuoso.

—¿Podrías prepararme ese delicioso té que sabe a galletas de canela? — pidió Lisa.
—Claro — Jennie sonrió.

Jennie preparó el té y le llevó también unas deliciosas galletas de canela.

—Sigo sin entender como es que me soportas.
—Porque eres mi amiga — Jennie sonrió.

Lisa comió una de las galletas, cerró los ojos y se recostó en el sofá. Jennie solo la admiraba.

—¿No has deseado cambiar tu vida? — Lisa miraba el techoHacer algo más.
—Siempre.
—¿Te gustaría estudiar algo más?
Arte, quiero ser profesora de arte.

Lisa no se había dado cuenta durante sus tres años de amistad con Jennie, pero el departamento de Jennie estaba rodeada de cuadros.

—¿Por qué no lo haces?
—Después de que mi madre falleció, me dí por vencida y no hice nada más.
—Deberías retomarlo, eres joven, puedes viajar por el mundo, puedes enamorarte ¡Puedes hacer lo que sea, Jen!

Lisa se levantó del sofá y tomó a Jennie de los hombros.

—¿Cuál es el país al que más deseas viajar?
—Londres.
—Vete, renuncia, viaja y estudia.
—No es tan fácil, Lis. Aún me falta dinero.
—Yo te lo daré.
—¿Estás loca?
—De verdad, Jen. Te lo daré ¿Cuánto te falta?
—Mil dólares.

Jennie pasó semanas estudiando y aplicó su exámen a Oxford. Llamó a Lisa para verse en el restaurante donde solían festejar.

Lamento llegar tarde, tenía mucho trabajo.
—Tranquila — Jennie le enseñó un sobre.
—¿Oxford?
—Ábrelo — Lisa abrió el sobre.
—¡Jennie, entraste! — Lisa se levantó y abrazó a Jennie —Estoy muy orgullosa de ti.

El corazón de Jennie se aceleró, era la segunda vez que Lisa la abrazaba desde la primera vez que se conocieron.

Recordé que tengo una amiga de Londres y aceptó que me quede con ella durante un tiempo — Jennie sonrió.
—¿Ya tienes todo el dinero para estudiar?
—Listo. Por cierto, gracias de nuevo por haberme prestado el dinero, te lo devolveré.
—Es mi regalo para ti Jen, por haber decidido hacer un cambio.
¿Estás segura? — Jennie odiaba deberle a alguien.
—Claro que sí — Lisa tomó la mano de Jennie y dejó un delicado beso en su mano.

Lisa lo hacía de amor puro por una persona como Jennie, era su mejor amiga y compañía. Al contrario, Jennie la veía como algo más.

—Felicidades, Jen — Lisa levantó la copa de vino.

Dos semanas después Jennie había dejado el departamento, sus cuadros ya no estaban, los sofás, su diario...

—¿Es la última caja? — preguntó Jennie.

Lisa cargaba la última caja, viendo el departamento totalmente vacío.

—Sí...
—Cierra la puerta cuando bajes — Jennie dejó la llave en su mano y bajó.

Horas después, Lisa y Jennie se encontraban en el aeropuerto.

—Te voy a extrañar — Lisa la abrazó con todas sus fuerzas.
—Estaré bien, Lis. Me pondré romántica y te enviaré cartas.
—Que graciosa — Lisa entrecerró los ojos —Pero me gustaría mucho.
—Trataré de estar desconectada del teléfono lo más posible, debo centrarme.
—Está bien, Jen.

Jennie fue a la fila de abordaje y lanzó un beso en el aire para Lisa, dió su boleto y subió al avión.

Lisa no pudo resistir más y comenzó a llorar.

Llegó a casa y se sintió vacía, había dejado ir a dos chicas en su vida en tan solo tres años. Recordó el regalo de Rosé, había olvidado entregárselo a la chica de la dedicatoria.

—¿Sigues sin entregar ese regalo? — dijo Tzuyu en cuanto entró a la habitación.
Lo había olvidado — dejó a su lado el regalo.
—¿Y Jennie?
—Hoy se fue.
—Estarás bien, Lisa.
—Espero y esté bien.
—Solo piensa que ahora podrás salir con chicas y no solo estar metida con una.
—¡Oye! Ella es mi mejor amiga.
—Eso dices — se sentó en la cama —Habrá una fiesta mañana ¿Quieres ir?
—No lo sé.
Lisa, deberías dar cambios. Terminaste con Rosé y te deprimiste increíblemente poco, y ahora Jennie. Soltaste dos chicas en tan poco tiempo, que valor — Tzuyu rió.
—Vamos a salir, te invito a salir.
—No formaré parte de tu lista.
—No seas tonta, es ir de compras.
—Vamos — Tzuyu se levantó rápidamente.

Las chicas salieron de compras por todo Nueva York, Tzuyu recién estaba ascendida al igual que Lisa.

—Estoy viviendo mi vida de ensueño — dijo Tzuyu mientras caminaban por las calles.
—No sé si decir lo mismo...
~

—Espera, Rosé y Jennie se fueron de tu vida ¿Qué rayos fue eso? — Summer estaba sorprendida.
—Lo sé — Lisa se dejó caer en la pequeña cama improvisada de la casa de acampar.
—¿Pero que pasó? ¿Qué fue de Rosé? ¿De Jennie?
—Muchas cosas.
—Mamá...
—Ahora que estoy contando la historia, me parece que eso fue mucho tiempo y a la vez tan poco.
—No quiero ser adulta, ni siquiera adolescente. Terminaré con todo mundo ¿Qué tal si todos se van de mi lado?
—Amor, no porque me pasó a mi, significa que a ti también.
—¿No te sentiste sola cuando se fueron ellas dos de tu vida?
—Claro que sí, ellas dos eran todo para mí. Pero fueron por un bien, Summer.
—¿De qué hablas?
—Imagínate que Rosé y Jennie hayan estado conmigo todo el tiempo, ellas nunca hubieran hecho su vida, también tenían sueños por cumplir al igual que yo, y ellas fueron una gran compañía para mí.
—¿Y qué pasó después?

Los ojos inocentes de Summer estaban esperando una respuesta, Lisa sonrió al pensar que ahora tenía una hija la cual amaba con todo el corazón.

Totalmente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora