El diario de Jennie

590 78 16
                                    

Pasaron dos años y Lisa al fin había obtenido un trabajo estable de nuevo como Project Manager en una productora de buena fama.

No vió más a Jennie desde esa noche en la bañera, había sido una total idiota; o eso era lo que Lisa se decía a sí misma. Desde esa noche, recapacitó sobre lo que estaba haciendo con su vida y al día siguiente se levantó temprano y salió a buscar trabajo, dejó de tener novias y en vez de buscar el amor afuera... Decidió encontrarlo dentro de ella. Había conocido nuevos amigos que tenían grandes metas y ambiciones, lo que le ayudó a tener una mentalidad diferente a la de hace unos años.

Un viernes por la tarde después de su trabajo, salió y dejó que la lluvia cayera en su ropa, suspiró con una sonrisa y caminó hacia su departamento. Caminaba por una calle y vió una librería de segunda mano de reojo al igual que un pequeño libro que le parecía conocido. Más sin embargo, dió cuatro pasos adelante y regresó. Era el diario de Jennie.

—Buenas tardes — Lisa le sonrió a la chica encargada de la librería.
—Buenas tardes.
—Me gustaría obtener ese diario — señaló.
—Claro.

Lisa tomó el diario de Jennie y caminó por los estantes de la solitaria librería.

—Esta no es una librería convencional — dijo Lisa.
—No — la chica se acercó a ella con una sonrisa —Las personas lastimadas o molestas con su pasado vienen a donar sus diarios a este lugar. Amo mi trabajo, a pesar de que no es un lugar tan transitado, amo ver los estantes y pensar en todas las vidas escritas que hay aquí.

La chica admiró toda la librería y suspiró con una hermosa sonrisa.

—Te sorprenderías de todas las vidas que hay escritas aquí. Emociones, circunstancias, amores, desamores...

Tiempo después de salir de la librería, Lisa se dirigió a su departamento. Tomó un baño, se puso su pijama favorita, preparó una taza de té y se sentó en el sofá para leer el diario que la pequeña Jennie había escrito.

Abrió el diario e inhaló lentamente preparándose para lo que estaba apunto de leer.

"Espero me cuentes todas tus aventuras, mi amor. Amaré leer cada día de tu vida tanto como te amo a ti.

Con amor, mamá" Decía la dedicatoria.

Lisa pasó a la primera hoja del diario...

"Querida, mami.

Hoy saliste temprano de casa, amé que me dieras un beso en la frente, fue cálido.

El día de hoy fui a la escuela y conocí una niña muy linda, vió que era nueva y se sentó a mi lado. Pasamos horas haciendo figuritas de papel, te dejé una paloma blanca, por cierto.

Te amo, mami."

Al final de la hoja, había una paloma de papel fijada con cinta adhesiva.

Lisa leyó toda la infancia de Jennie, dándose cuenta de todas las veces que la pequeña Jennie se había mudado.
Realmente Jennie había llevado una buena vida, amigos, escuela, y su madre siempre leía su diario y dejaba pequeñas notas en el diario de su hija para hacerla saber que sí había leído su día.

Lisa pasó a una de las últimas hojas donde Jennie le escribía a su madre enferma.

"Hola, mamá. Sé que ya no leerás esto, estás a lado de mi en una camilla en el hospital, odio verte así. Lamento no poder hacer nada al respecto pero quiero que sepas que siempre dí mi mayor esfuerzo para poder ayudarte.

Solo te pido que no te vayas, por favor recupérate, no me dejes sola."

Pasó un mes y Jennie volvió a escribir en el diario.

"Mamá, hace dos días te fuiste de este plano. Estoy molesta, y no contigo. Me hubiera gustado haber hecho más por ti, todas las noches rogaba que la que tuviera que sufrir fuera yo y no tú.

El día de hoy me quitaron lo que más amaba, siento que todas mis esperanzas se han ido después de ti.

¿Qué voy hacer sin ti, mamá?, ¿Cómo lidiaré con un departamento vacío donde no estás tú?, ¿Quién será mi lugar seguro?, ¿A quién le escribiré todas las noches en este diario?

Estos días he dormido en tu cama y abrazo tu almohada, aún tiene tu olor, me hace pensar en ti."

Lisa no pudo evitar llorar, cerró en diario por unos minutos y lo volvió a abrir. Notó páginas en blanco hasta que después de varias, vió su nombre escrito en ella.

"Querido diario.

Hoy llegó una chica muy linda a la productora, parece ser su primer día. La mandaron por copias conmigo, su nombre es Lisa. Espero llevarme bien con ella, parece una chica amable."

"Querido diario.

Hoy llevé a Lisa a lo más alto de un edificio y lancé todos sus panfletos a la ciudad. Amé ver su mirada, creo que está empezando a gustarme."

"Querido diario, la besé.

¿Cómo es posible que la pudiera besar aún sabiendo que tiene novia? ¿Está mal amar a alguien que no te corresponderá?

Me mostró el anillo de compromiso que compró para su novia, Rosé. Mi piel se erizó cuando Lisa practicó sus votos conmigo, ojalá yo fuera esa mujer"

"Mamá...

Me iré a Londres, espero estés feliz por mi, se que lo estás.

Lisa me abrió los ojos y me dijo que cumpliera mi sueño de estudiar arte, y apliqué para Oxford y fuí aceptada, realmente estoy feliz.

Hoy he decidido soltarte, fuiste, y siempre serás lo más importante y preciado que la vida me ha podido dar. Una madre tan grandiosa como tú, que daba la vida por su hija, que decidió comprarle un diario para no despertarla y aún así saber lo que ella sentía. Te agradezco por todos los momentos increíbles que pasamos juntas, estoy tan agradecida por haberte tenido como mi madre, estoy feliz de haberte elegido como mi guía de vida, y sobre todo; estoy orgullosa de ser tu hija, tu querida Jen.

Esto es un adiós, pero nunca me olvidaré de ti. Dejaré este hermoso diario en esa librería de los recuerdos. Y si alguien está leyendo esto, quiero que sepas que mi madre fue la mejor persona que pudo haber existido en este planeta llamado Tierra, nuestra querida Gaia."

Totalmente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora