La mañana llegó, y Lisa llegó a la casa de la desconocida Jisoo.
—¿Sí diga? — dijo una mujer al abrir la puerta.
—¿Se encuentra... — Lisa leyó la dedicatoria — Kim Jisoo?
—Claro, pase señorita.Una casa gigantesca, llena de portadas de periódico enmarcadas con el nombre de Kim Jisoo.
Una hermosa chica bajó de las escaleras.
—¿Quién es usted?
—Lisa Manobal.Jisoo y Lisa se dirigieron a la sala.
—Quiero entregarte esto — Lisa mostró el diario —Rosé lo manda.
Jisoo comenzó a reír al escuchar el nombre.
—¿De verdad? — tomó el diario con una sonrisa —¿Lo leíste?
—Sí, un poco, lo siento.
—¿Qué encontraste?
—Que ambas estaban enamoradas — Jisoo sonrió divertida.
—Eso parecía. Me da gusto ver este diario, pero ¿Qué eres de ella?
—Su... Ex novia.
—Ex novia...
—Sí.
—¿Por qué mandaría a su ex novia a entregar este diario?
—Me lo dió cuando éramos novias, hace tres años, y...
—¿Tres años?
—Sí, lo lamento, estuve ocupada.
—Me agradas — Jisoo entrecerró los ojos, tal gesto le gustó a Lisa.
—Y tú a mí.
—¿Y solo vienes a entregar esto? — Jisoo esperaba una buena respuesta.
—Sí, me voy, un gusto.Lisa se levantó nerviosa del sofá y salió de la gigantesca casa. Caminó rápido por la calle, la chica era hermosa e increíblemente intimidante para ella.
—¡Lisa! — Lisa caminó más rápido —¡Espera!
Jisoo tomó su brazo.
—¿Quieres caminar?
—Claro — respondió Lisa.Jisoo tomó del brazo a Lisa de nuevo y comenzaron a caminar. A Lisa le asustaba el que Jisoo tuviera una gran confianza para tomarla de tal manera.
—¿A qué te dedicas, Lisa Manobal?
—Soy la directora de una productora de cine — sonrió.
—Vaya... — Jisoo sonrió.
—¿Y tú?
—¿No sabes quién soy yo?
—Por supuesto que no.
—Soy periodista, muy conocida estos últimos años.
—Curioso...
—¿Curioso? — Jisoo se ofendió.
—Vaya, de una buena manera. No pareces periodista, pensé que eras modelo — Jisoo soltó una gran carcajada.
—¿Qué? Por supuesto que no.
—Pues deberías serlo.
—Eso me suelen decir.Jisoo no paraba de hablar, era extrovertida y graciosa lo que provocó que Lisa se sintiera cómoda.
—¿Por qué saliste corriendo de mi casa?
—No lo sé, nervios tal vez.
—Y dime, ¿Por qué terminaste con mi linda, Rosie?
—Iba a proponerle matrimonio y me dijo que se había acostado con un chico e igual yo le dije que había besado una chica.
—Por dios, entonces para que se comprometen a amarse y ser fieles si no lo son.
—Yo la amaba.
—Quién no ama a Rosé...
—¿Qué pasó entre tú y ella?
—Ya lo leíste.
—No todo.
—Cuando cursamos la secundaria, Rosé era una chica de ensueño. Era perfecta para mí, un día le confesé mi amor al igual que ella por mi, y sí; estuvimos juntas pero no por mucho tiempo. No sé que pasó, tal vez fue el miedo lo que nos consumió.
—¿La extrañas?
—A veces, pero me alegra que haya conocido una chica como tú, se nota que eres su tipo — sonrió.
—¿Su tipo?
—Sí.Jisoo y Lisa siguieron caminando por las calles de Nueva York. Jisoo se sentía cómoda con una chica que no trataba de seducirla o de siquiera gustarle, lo bueno o malo de Jisoo era que solía enamorarse rápidamente, a veces pensaba en las noches si realmente se enamoraba de las personas con las que estaba. La única persona de la que se había enamorado, era de su amaba Rosé. Jisoo tenía miedo cuando tenía una relación con Rosé, le costaba mostrar su amor por ella aunque en su diario escribiera todo lo que sentía. Una noche, exactamente medio año después de terminar; Jisoo decidió buscar a Rosé en su lugar de trabajo, sabía que renunciar a tantos años de relación era una mala idea. Después de buscarla en su trabajo, vió a Rosé afuera del edificio abrazando a otra chica, la miraba como ella la solía ver antes. No había reconocido que la chica a la que Rosé abrazaba... Era Lisa.
Lisa y Jisoo tomaron asiento en una banca.
—¿Estás escribiendo algún artículo? — preguntó Lisa.
—No, trato de mejorarlos.
—¿Cómo? Eres muy conocida ¿Por qué mejorarías?
—Siempre es bueno evolucionar, Lisa.Las chicas pasaron toda la tarde juntas, caminando sin rumbo y platicando de sus vidas. Parecían confiadas una de la otra y eso le asustaba a Lisa, pero también le gustaba.
—Gracias por regresarme a casa — Jisoo sonrió.
—Un placer — Lisa devolvió la sonrisa.
—De pensar mal sobre ti, hubiera creído que tal vez mi final sería un secuestro por parte tuya.Jisoo estaba a punto de cerrar la puerta, al igual que Lisa; que estaba a punto de bajar el último escalón de la entrada.
—Lisa.
—¿Sí?
—¿Harás algo mañana?
—No — Lisa sonrió.
—Mañana te llamaré, tal vez podamos volver a salir.Lisa volvió a casa realmente feliz, y para terminar... Jennie había enviado una carta.
—¿Qué tal te fue? — preguntó Tzuyu sentada en el sofá de la sala.
—Bien — Lisa dió una gran sonrisa.
—¿Es bonita?
—Es preciosa.
—Me alegra que hayas conocido a alguien nuevo — Tzuyu sonrió con calidez.Lisa entró a su habitación y abrió la carta de Jennie.
"Mi amada Lizzi, te extraño.
He pasado días realmente difíciles en la universidad, mi tesis no ha sido la mejor según dice mi evaluadora y eso me tiene angustiada ¿Tienes alguna idea para mí? ¿Algo que podría ayudarme? Necesito tu ayuda.
También conocí a un chico en una galería... No te molestes. Estaba dando un paseo para un proyecto, fui sola, sabes que amo eso. El chico admiraba un cuadro realmente elegante y me acerqué a él, es muy lindo conmigo y ayer me invitó a salir. Debo de admitir que a él le gusta mucho el café, pero la pregunta aquí es... ¿Cómo es que a un londinense le puede gustar tanto el café, si se supone que aquí aman el té? Eso me tiene muy confundida, Lisa.
Amo que desde que llegué a casa de Jules, cada vez que entro a su hogar huele a té, sonará extraño pero es verdad. A veces cuando estoy estresada extraño que una chica se acerque a mi con un delicioso café, sigo culpandote porque nunca he amado el café más que el que tú llevabas para mí.
Pd: Te enviaré una foto de mi vida como estudiante."
La foto que Jennie había enviado era hermosa. Un escritorio lleno de fotografías de pinturas, al lado una taza del té favorito de Jennie, galletas de canela y una pluma.
Lisa sonrió al pensar en Jennie, realmente la extrañaba.
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Totalmente
RomanceLisa, una mujer en proceso de divorcio pasa dos días con su amada hija, Summer. Summer le pregunta si alguna vez fue feliz, si alguien la amó. Lisa decide contarle su gran historia al haberse mudado a Nueva York a sus veinte años, y ahí hablará sobr...