Mis amadas chicas

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A la mañana siguiente, Jisoo llamó a Lisa para salir.

—¿Hola? — Lisa aún estaba en la cama.
—Lo siento ¿Te desperté? — Tzuyu le lanzó una almohada a Lisa en la cabeza, a ella era a la que habían despertado.
—No, para nada — Lisa le devolvió de un golpe la almohada.
—¿Todo bien?
—Sí, lo siento ¿Qué sucede?
—Quiero invitarte a desayunar.
—Excelente — Lisa sonrió —¿A qué hora?
—¿A las diez está bien? Solo que me gustaría que fuera en mi casa.

Lisa sintió un gran golpe en el estómago de los nervios.

—De acuerdo, sí...
—Te veré en un rato, adiós.

Jisoo colgó sin esperar una respuesta.

—Esa chica no quiere desayunar comida — dijo Tzuyu.
—¿De qué hablas?
—Es raro que te invite a su casa si se conocieron ayer ¿Por qué no mejor un restaurante como todo mundo?
—Porque ella es diferente — respondió Lisa con tono burlón.

Minutos después, Lisa se levantó para arreglarse.

—¡Te dejé tu desayuno en el horno! — gritó Lisa antes de cerrar la puerta del departamento.

Los días en los que Tzuyu trabajaba por horas sin parar, hacían que ella despertara cansada. Su forma de Lisa para mostrar su amistad y amor por Tzuyu, era preparando su desayuno en días así.

—¡Gracias! Te amo, Lis.

Lo que Tzuyu decía era verdad, amaba tener una amiga como Lisa.

Lisa tomó un taxi para ir a casa de Jisoo, en el camino solo pensaba en lo que había pasado en los últimos tres años. Había sido ascendida dos veces, terminó una hermosa relación con Rosé, su mejor amiga se había ido a Londres, había conocido a una buena compañía como Tzuyu, y finalmente iba a visitar a Jisoo. Lisa no podía evitar sentirse culpable al pensar en la idea de que iba a tener un desayuno con la ex novia de su... ¿Ex novia?
No podía borrar la idea y pensar que era una cualquiera.

—Señorita... — el taxista trataba de sacar a Lisa de su trance —Señorita, llegamos.
—Ah — Lisa regresó —Gracias.

Lisa pagó y salió del auto, suspiró y tocó el timbre de la gran casa.

—Hola — Jisoo dió una gran sonrisa.
—Hola — Lisa devolvió la sonrisa
—Pasa, por favor.

Jisoo y Lisa pasaron al comedor.

—¿Estás cómoda?
—Sí ¿Por qué no? — Lisa estaba confundida.
—No lo sé. No es común que tenga personas en casa — Jisoo sonrió mientras dejaba el desayuno en la mesa.
—Huele delicioso. ¿A qué hora lo preparaste?
—Ay dios, no. Yo no sé cocinar, lo preparó la chica que te recibió ayer.
—Lo siento — Lisa evitó reír.

Jisoo se sentó frente a Lisa con una sonrisa tímida.

—Y bien... ¿Estás con alguien?
—Qué directa — respondió Lisa.
—Lo siento, solo quiero saber con quién me involucro.
—¿Con quién te involucras? — Lisa rió —¿Acaso te gusto?
—No lo negaré, eres linda.
—Gracias.

Las chicas hablaron todo el desayuno sobre sus vidas. El cómo Lisa había pasado de asistente a directora y el como Jisoo había sido la periodista más reconocida. Jisoo realmente amaba su trabajo, investigar, escribir lo más posible sobre la nota. Odiaba el amarillismo, era la peor cosa que un periodista podía hacer.

¿Cómo era la vida de Jisoo? ¿Quién es Jisoo?

Jisoo era una chica bastante atrevida y divertida desde que era adolescente, realmente no le importaba saber que era lo "prohibido" y qué era lo que estaba permitido en la sociedad. Siempre trataba de llevar la contraria con todo estereotipo, era una chica muy independiente desde pequeña y muy lista, su madre siempre le compraba periódicos y revistas para que la pequeña y también adolescente Jisoo se sumergiera en un mundo lleno de sorpresas. El primer año de universidad, Jisoo estaba muy confundida ya que siempre había gustado de las chicas; pero ese año no fue así. Jisoo estaba enamorada de su profesor de Redacción Periodística, y vaya que era unos nueve o doce años más grande que Jisoo, pero tanto al profesor como a la chica... Les dió igual. El profesor Hartley era bien conocido por irrumpir con las reglas de las escuelas, era guapo según las estudiantes pero también muy liberal, aunque eso no le afectó en nada a Jisoo. A pesar de tener una relación con el profesor Hartley durante toda la universidad, Jisoo estaba bajo presión por él. Solo por ser su novia, le mostraba más cosas del periodismo, le pedía trabajos impecables, y sobre todo siempre le dijo que el trabajo era primero que todo; lo que resultó que Jisoo se lo tomara muy en serio y subiera sus reportajes sin importar los daños o las consecuencias que éstas traerían consigo.
~

—Jisoo parece diferente — decía Summer.
—¿A qué te refieres?
—Es una chica muy diferente a comparación de las chicas con las que saldrías o saliste.
—Cierto.
—No creo que ella pudiera ser mi mamá, sería imposible. Digo, mamá es hermosa como esa tal Jisoo pero no sé si me sentiría cómoda.
—De verdad que me sorprende la manera en la que hablas.
—Lo saqué de mamá — Summer sonrió.

~
—Gracias por haber venido a mi casa — Jisoo y Lisa se encontraban en la entrada de la casa.
—Gracias a ti por invitarme.

Lisa había caído ante el gran encanto de Jisoo.

Al llegar a casa, Tzuyu apenas se había levantado.

—¿A penas estás desayunando? — decía Lisa mientras cerraba la puerta.
—Tenía mucho sueño. Por cierto... — Tzuyu hablaba con la boca llena —Tu novia mandó una carta.

Tzuyu levantó la carta de la mesa que tenía enfrente. Lisa se acercó a tomarla y le apagó la televisión a Tzuyu.

—¡Oye, la estaba viendo!
—Si quieres comer hay barra de desayunador, comportate.

Lisa a veces bromeaba con Tzuyu sobre ser una adulta independiente, aunque Lisa hacía lo mismo. Lisa volvió a encender la televisión y se encerró en la habitación para leer la carta de Jennie.

“Mi amada Lizzi...

No han pasado más de dos días desde que escribí la última carta, seguro he llenado tu buzón.

Olvidé decirte que he pensado en varias cosas. Quiero regresar a Nueva York, tal vez pienses que es una estupidez porque acabo de llegar, o tal vez no, llegué a Londres hace un año.
Extraño verte, Lisa. Toda esta vida universitaria realmente me tiene muy cansada, a veces pienso que hubiera sido mejor quedarme al lado de esa vieja impresora.

En mis tiempos libres he pintado cuadros, realmente quedan hermosos, tal vez te mande uno estos días... Tal vez llegué otra sorpresa, no lo sé.
¿Recuerdas al chico de la galería? Está a mi lado, él está en la cama durmiendo. Por favor dime que no soy una chica fácil, aunque estoy riendo al pensar esto sobre mi.

¡También tengo una gran noticia! Al fin tengo mi departamento, Jules nunca me hubiera dejado meter algún hombre a la casa. Claro que el departamento es rentado pero es tan bello Lizzi, te mandaré una foto.

Pd: Te amo, Lis”

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