Capítulo 18: Gwangju. Tiempo muerto

29 4 4
                                    

Las siete en punto de la mañana. Jimin anudaba con mucha concentración su corbata en tono vino tinto sobre su camisa negra frente al espejo de su dormitorio. Después de colocarse sus anillos y dar presión a sus pendientes tomó su reloj, aunque poco grata fue su sorpresa al ver que estaba congelado, cosa que lo hizo chistar. Lo guardó en el bolsillo de su saco poco antes de ponérselo; lo llevaría a la relojería cuando tuviera tiempo. Já. Irónico.

Alrededor de las nueve y media, en el estudio jurídico, Taehyung recibió a Kim Min-jae en su despacho para que le entregara la información que le había pedido.

―¡Eres el mejor, Min-jae!

―Los Kim somos geniales. ―Le guiñó el ojo―. Creí tenerlo listo en mucho menos tiempo, no es que abunden los Jung Ho-seok en Corea del sur, y éste en particular no ha sido fácil de rastrear. Es como si se escondiera, ¿sabes? No pude encontrar tampoco ni una maldita fotografía.

―No pasa nada por la foto, yo jamás lo he visto. Aunque puede que no sea el Jung Ho-seok que busco.

―Es el único que ha sido paciente en el sanatorio mental que mencionaste. Tiene que ser él.

―Perfecto entonces. ―Sonrió, con la vista en el sobre de papel madera en sus manos.

―Oye... ―bisbiseó con el ceño fruncido, poniendo su mano sobre su hombro y estirando su brazo hasta envolver su cuello, arrimándose―. Esto es raro, V. Cuidado dónde y con quién te metes, ¿de acuerdo? No quiero tener cargo de consciencia, así que prométeme que te vas a cuidar.

―E-está bien.

―Y si llegas a estar en problemas quiero que me llames directamente a este número ―murmuró más bajo, dándole no una tarjeta sino un papel un poco arrugado y plegado―. Es línea directa, yo cubro el área. Llama a ese número y te garantizaré refuerzos donde sea que te encuentres, Busan y sus alrededores. Pero úsalo solo si es de vida o muerte, ¿entendido?

―Espero no tener que necesitarlo.

―Yo también. De verdad.

―Gracias.

―Para eso estamos los amigos ―dijo, dando un asentimiento y palmeando duro contra su omóplato―, para no dejar que los tipos malos te peguen un tiro.

―¡Oye, eso rima! ―Hizo una expresión de asombro un tanto exagerada.

―¡¿Verdad?! ―Le devolvió el gesto, caminando de espaldas unos pasos hasta que cruzó la puerta.

Taehyung apretó los párpados y rio, mostrando esa encantadora sonrisa cuadrada. Le daba gusto saber que sus amigos podían ser igual de atolondrados que él.

Al mismo tiempo, en la editorial Park, el presidente se quitó el auricular de manos libres y de inmediato se llevó dos dedos al músculo entre sus cejas, apretando un poco; estaba exhausto, aunque muy satisfecho, pues había conseguido por fin ese contrato con Dior. "Tengo el don de la palabra", era su lema, y rara vez fallaba.

―Jackie, tráeme una aspirina y bastante agua, por favor. ―Solicitó por medio del intercomunicador en su escritorio.

Se pasó una mano por la frente como si quisiera atravesar su piel con sus dedos. Tenía que organizar una junta para informar al resto de los encargados de los departamentos pertinentes, donde sin lugar a dudas acabaría discutiendo con "el idiota de Taemin" otra vez, para variar. Asimismo, Jackson Wang había vuelto del extranjero y ahora aguardaba un piso más arriba para iniciar con la sesión de la nueva temporada.

Firmar documentos, revisar material en las bodegas y el equipo, supervisar el photoshoot. Su ojo crítico debía estar en todas partes, viendo y analizándolo todo y a todos para que así... «Basta». Se tomó la aspirina que su secretaria le había traído, para sosegar esa terrible jaqueca que lo agobiaba.

Bittersweet [Park Jimin] (+21) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora