Capítulo 54: Familia

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Taehyung confirmó de manera muy cruda e ingrata que la denuncia que había presentado en contra de Fan Bing-bing no le había traído resultados favorables, pues no había pruebas de ningún tipo, tan solo su palabra. Con mucho esfuerzo, escasas horas de sueño, incontables llamados y secando su labia, había logrado conseguir una orden de cateo, pero no obtuvo nada más que su satisfacción, muy bien encapsulada bajo ese disfraz de pobre señora dolida por el acto de ese muchacho que había visto crecer y ahora parecía odiarla sin razón aparente. Su cinismo le daba ganas de vomitar. Las autoridades presentes tuvieron que controlarlo incluso, para que no se le fuera encima a la mujer. Le informaron que podría presentar una contrademanda, pero ella, con el rostro lleno de lágrimas, falsas, por supuesto, se negó.

Los días siguieron pasando, pronto el mes de agosto culminó. El calor del verano se volvía cada vez más lejano y las hojas de los árboles se desteñían y marchitaban, tal como lo hacían las fuerzas de Kim Taehyung. Si bien Jimin presentaba leves mejorías, todavía desconocía su entorno, a las personas, a él. Sin hablar, quedarse mirando un punto fijo y llorar en silencio, era lo que persistía, y verlo en ese estado le rompía el corazón cada vez.

Jung-kook no quiso hacer ningún tipo de festejo por su cumpleaños; no era su deseo celebrar nada sin Jimin; no lo consideraba correcto, aunque sus amigos se encargaron de mimarlo con felicitaciones y algún que otro regalo.

En los conciertos que protagonizó junto a sus hyungs, logró distinguir en la multitud a su primo en compañía de Nayeon, a Ho-seok junto a su novia y también a Min Yoon-gi; había podido conocerlos a todos ellos y desde luego habían recibido una invitación cordial, del mismo modo que la recibió la enfermera Yoo, con quien Jung-kook había establecido un vínculo más estrecho, en sus constantes visitas a la clínica y sus pequeñas charlas en los descansos de la muchacha.

Cantó y bailó como nunca antes, encendido como una llama, repleto de entusiasmo y pasión por lo que más amaba hacer en su vida. Con cada nota, cada paso de baile, dejó todo de sí en el escenario, pensando que su amigo estaba ahí para verlo. ¿Jimin se sentiría orgulloso? Esperaba que así fuera. Esperaba poder invitarlo, poder verlo entre la gente en los próximos conciertos.

Pudo tener un momento a solas con Jeong-yeon después, pero era inútil, era muy tímido. Ni siquiera se animó a pedirle su número telefónico, aunque sí acordaron verse en un café pronto. Tal vez ahí su valor podría ser mayor.

Por otro lado, en cuanto Ho-seok tuvo un teléfono listo para Min Yoon-gi, este desapareció a los pocos días. No deseaba causar problemas ni ser una carga, por lo que solo dejó una nota sobre la mesa y se marchó. Ho-seok, aunque a regañadientes, lo aceptó, ya que ahora podría comunicarse por medio del teléfono. No obstante, salió a buscarlo unos días después, ya que luego de su última conversación por teléfono no se lo oía muy bien. El aparato contaba con un rastreador, por lo que encontrarlo no fue difícil. Estaba durmiendo bajo un puente en la fría intemperie y cuando se le acercó notó que tenía fiebre, así que lo cargó sobre su espalda y se lo llevó de vuelta al departamento. Allí, junto a Hyerin, cuidaron de él.

―N-no... tenías que... ―balbuceó, entreabriendo apenas los párpados.

―Cállate y descansa ―le dijo Ho-seok―. Te traeré una Sprite y te la beberás toda, ¿oíste?

Los ojos de Suga se cerraron por puro cansancio, y una pequeña sonrisa se dejó ver en su rostro.

Ho-seok continuó yendo al sanatorio para asistir a Jimin en sus comidas. Pudo notar que lo esperaba, aunque más que comer, solo quería acurrucarse junto a él, pues eso le brindaba armonía, incluso conseguía dormirse a veces. En el día presente no fue la excepción. Le entristecía que lo viera como su mamá, pero a la vez se sentía bien de contribuir a que se sintiera cómodo y en paz.

Bittersweet [Park Jimin] (+21) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora