Capítulo 65: El juicio

27 5 14
                                    

En el centro de rehabilitación médica, en el sector de fisioterapia, Nayeon terminaba otra de sus sesiones. Todavía se desplazaba con ayuda de las muletas, aunque por suerte el dolor ya no era tan acentuado.

En la recepción, se encontró con un chico bien parecido, sentado en el área donde daba el sol, seguramente para aplacar el frío, cruzado de brazos y con la cabeza ligeramente ladeada, entregado por completo al sueño. Ella sonrió apenas y se acercó. Apartó una de sus muletas y se inclinó un poco para posar su mano sobre su mejilla y darle una caricia. Como era de esperarse su piel estaba cálida.

―Tae-tae... ―lo llamó con un susurro.

Él comenzó a removerse y despacio entreabrió los ojos.

―Me quedé dormido... ―masculló, posando su mano sobre la suya.

Hacía unos pocos días, Taehyung había entrado a trabajar como mesero en un café, no muy lejos de su apartamento. Sus amigos empezaron a frecuentar y consumir en el lugar casi todos los días, aunque más que nada iban para verlo y brindarle ánimos. Ahora que Nayeon necesitaba cuidarse para sanar, él se encargaba de las compras, de la limpieza y la cocina, además de asistirla y acompañarla a sus sesiones de rehabilitación. Asimismo, visitaba a Jung-kook a diario, ya que con los últimos acontecimientos no podía pegar un ojo por las noches, atiborrado por pesadillas sin fin donde su pequeño primo yacía con sus ojos carentes de luz, y una vertiente escarlata interminable que se esparcía por la superficie. Creía que alguien aparecería de repente y le sesgaría la vida, entonces sí terminaría de morirse, por lo que prefirió permanecer cerca de él cuanto pudiera, esto claro, sin dejar de velar por Jimin, quien tampoco se encontraba en su mejor momento.

La fecha del juicio ya estaba a la vuelta de la esquina. Siempre que su amigo se reunía para platicar con Hyung-sik para preparar el caso, Taehyung estaba presente también y al tanto de todo. No sería fácil, pero al menos contaban con material para poder dar pelea.

―Haces demasiado. ―Nayeon deshizo su pequeña sonrisa―. Lamento haberme convertido en una carga.

―No eres una carga. ―Negó con la cabeza y besó su mano―. Si vuelves a decir algo como eso me enojaré mucho ―dijo, poniéndose de pie, sin dejar de sostener su mano.

Se acercó a besar su mejilla y luego se dio la vuelta, dándole la espalda y agachándose un poco.

―Sube ―le dijo.

―Tae, no es necesario que...

―Deja que te ayude... Deja que oppa se encargue.

Tras soltar aquello, volteó para verificar el grado de rojez en el rostro de la muchacha, y rio por lo bajo en cuanto sonrió avergonzada. Terminó cediendo aun así, y con cuidado se abrazó a su cuello, entonces el levantó sus piernas con delicadeza y la cargó sobre su espalda.

* * *

La fecha del juicio cernía sobre todos. Jimin estaba frente al espejo de pie en el pasillo, abotonando el cuello de su camisa, luego tanteó con sus manos; le faltaba la corbata, pero se hallaba muy dubitativo. Infló las mejillas y resopló, bajando los ojos hacia la corbata azul oscura que tenía ya lista. No obstante, poco antes de colocársela se quedó estático frente a su reflejo y los malos recuerdos lo azotaron de repente: Estaba en el baño, de rodillas en el suelo y tosiendo, hasta que sintió su corbata tensarse por mano de Dong-min, cortándole la respiración. El sonido de sus arcadas hacía eco en su testa y apretó con fuerza los párpados. Luego, con su cuerpo desnudo, batallando por escapar de su agresor, la corbata volvió a ahogarlo. La densidad de sus remembranzas ocasionó que su garganta se cerrara por unos segundos y el paso del aire fue menor, por lo que no pudo evitar toser.

Bittersweet [Park Jimin] (+21) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora