Capítulo 37: Reconexión

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Como un niño pequeño, desesperado por afección y el suave contacto de las manos de su mamá, Jimin lloró en silencio contra el pecho de su mejor amigo, quien lo rodeaba con sus brazos y le brindaba esa contención que tan desesperadamente necesitaba.

Su madre ya no existía en este mundo terrenal, sin embargo, había un lugar al que podría acudir, donde se hallaba un modesto monumento en su nombre. En cuanto pudo serenarse, su amigo le propuso visitar dicho espacio, a lo que accedió. Se dio una ducha rápida, se vistió casual aunque no informal tampoco y juntos partieron. Taehyung ocupó el volante y, una vez en el cementerio, se quedó colina abajo, en el camino empedrado, esperándolo.

Allí, en el terreno elevado, Jimin se quitó los anteojos de sol, los colgó en el bolsillo de su chaqueta de mezclilla y se inclinó frente a la tumba de su madre; la de su hermano estaba al lado.

―Perdón por no haber venido... pero... ―Detuvo su bisbiseo tímido en cuanto sus ojos encontraron allí, atrás, donde no llegaban los rayos del sol en ese atardecer, la tumba de su padre, la cual observó con un rostro inexpresivo―, ha sido difícil ―concretó, y apartó la mirada.

Repartió el ramo de flores mixtas, que con antelación había comprado antes de arribar, para su mamá y su hermano menor. También se encargó de remover las hojas y la tierra de las lápidas. Taehyung lo observaba de tanto en tanto en la distancia; lo notaba mucho más tranquilo y muy concentrado en su tarea, limpiando el área y puliendo las losas, aunque no podía evitar preocuparse. Al verlo arrodillado sobre la tierra, por unos ínfimos segundos, se volvía ese niño con el que solía jugar, aquel cuya sonrisa le fue arrebatada y ahora no era más que un alma errante sin poder encontrar el camino a casa, el sendero hacia sí mismo. Había tantas cosas que no comprendía aún, pero sentía que lo estaba perdiendo y que no tenía las herramientas adecuadas, las necesarias, para sanar todo ese dolor. Con solo pensar en ello, sus ojos se cristalizaban, aunque se contendría, no quería llorar delante de él; era lo que menos necesitaba. Debía ser fuerte.

En su camino de vuelta, acordaron ir a buscar su coche a la casa de la señorita Fan. Jimin estaba más relajado y abierto al diálogo, por lo que su amigo aprovechó e indagó:

―¿Dices que no recuerdas nada?

―Sé que fui a hablar con ella el viernes ―su voz era apagada y rasposa―, luego... no lo sé... creo que empecé a sentirme mal y terminé en cama ―dijo, con un semblante somnoliento y sin despegar la vista de la ventanilla.

―El viernes... Pero estamos a domingo. ¿Estuviste todo ese tiempo allá? ―escudriñó, arqueando una ceja.

―Tú me viste, no me podía ni mover.

―Sí, estabas en la mierda.

El silencio reinó por unos segundos. Taehyung obtuvo luz verde y giró lento el volante para dar vuelta en una esquina.

―De ahora en adelante, cuando vayas a alguna de tus sesiones con Fan-noona, iré contigo.

―Tae, ¿cómo vas a entrar en mis sesiones? ―Ladeó la cabeza hacia su dirección ―, no es correcto.

―No entraré, solo te esperaré afuera. Te veré entrar y salir.

―¿No te parece demasiado?

―¿La verdad? No ―contestó, con un tono un poco severo y la mirada en la ruta.

Detuvo la marcha del vehículo poco a poco contra el cordón, justo frente a la puerta de la casa. No se subirían cada quien a su auto y se marcharían sin más, por el contrario, se demoraron unos minutos a saludar a la señorita Fan. Asimismo, Jimin quiso presentarle sus respetos por "haberlo cuidado". Ella de nuevo hizo ese acercamiento y acarició el cabello de Taehyung, y esta vez definitivamente lo incomodó. Los invitó a pasar, pero él de inmediato declinó su ofrecimiento, por lo que solo intercambiaron un par de palabras más con Jimin y ahora sí, cada uno subió a su coche para partir. Jimin tomó asiento, dejando ir un bufido. Cerró la puerta y en cuanto situó la mirada en las llaves puestas en su sitio, pero más que eso en sí, notó el llavero que colgaba. «¡Es un perrito! Es de color blanco, envuelto en un trajecito amarillo, ¡y mira!, se le ve su lengüita», escuchó esa voz dulce en su cabeza y palpó el pequeño objeto entre sus dedos.

Bittersweet [Park Jimin] (+21) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora