14. sonrisas exprés (1)

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-¡llegamos!

Dice chris bajándose de la moto y tendiendome una mano para ayudarme. La acepte aunque no necesitase la ayuda.

-¿como es que hemos tardado tanto si estamos en el mismo sitio que el otro día? Por cierto ese día tardamos unos cinco minutos para arriba

-quería dar un rodeo.

-¿Por?

-sentí que nos seguían.

Me rio, que paranoias tiene este chico.

-me gusta tu risa.

-A mi no.

-Es muy dulce.

-Gracias.

A mi me gustas tu estuve apunto de decirle. Por suerte me contuve.

Le miro. Su sonrisa si que es preciosa. Y la cara con la que me mira, la más dulce.

Noto que me voy poniendo roja.

-te estás poniendo roja

Dice mientras se ríe. Vaya, tambien lo ha notado.

-Bueno, es algo normal, eh.

-¿normal? Explicate.

-da igu...

No pude terminar el da igual por que de repente se acercó a mi. Mucho. Me quedo muda. No se que decir.

-eh

Es lo único que puedo decir. Pero menuda tontería. Estaba mejor callada.

-shhh... calla

Y así lo hago. Me coge de la cintura y me arrastra contra el.

Me abraza.

Siento su respiración en mi mejilla.

Ahora noto sus palabras en el oído.

-te quiero.

Mi corazón se para. ¿ha dicho que me quiere? Estoy gritando por dentro.

Le voy a decir que yo también le quiero pero ahora noto sus labios contra los míos.

Y suavemente me besa.

Me estoy muriendo.

Estamos ahí, un minuto más o menos porque oímos un grito.

-¿Qué haces chris?

Es Ángela. Que viene corriendo. Oh, no.

Christian sonríe y le saluda con un "hey" pero ella le corta. Coge arena y piedrecitas del suelo y nos las tira.

-¡¿se puede saber que haces?!

Christian se está enfadando. Cosa que no había visto nunca.

Angela se pone a llorar, me da un poco de pena.

-¿Tan pronto te has olvidado de mi?

-No fue real. Me engañaste y no sólo eso. También me tratabas mal. Con ella, con ella estoy vivo.

Que bonito. Siento que me muero. si, otra vez.

Ella me tira una piedra un poco más grande que las demás.

me va a dar.

Me va a dar.

Me va a dar...

Y no me dio.

¿cómo?

Chris ha puesto su casco de amortiguador. Ahora el pobre casco tiene un abolladura. ¡que fuerza tiene la señorita!

-¿Estas bien?

Chris me abraza con dulzura.

-si. Esto... gracias.

Me besa.

Le beso.

Nos besamos

Ahora lo que nos cae encima son un montón de pétalos de rosa que se lleva el viento. El ruido de la moto de Ángela de fondo. Y nada más, ahí nos quedamos.

Después de cinco minutos nos separamos.

Se pone de rodillas.

-¿quieres venir al baile conmigo, mss?

Sonrió, me pongo a llorar.

-si, claro que si.

Se ríe y me abraza.

-¿Por qué lloras?

-es lo más bonito que un chico ha hecho por mi.

-Es lo menos que puedo hacer.

Otro beso. Pero esta vez con aplausos. Nos giramos, los dos rojos como tomates. Son mai y Javier, van de la mano.

-¡Mery! ¡Menuda sorpresa!

Corro hacia ella y la abrazo.

-Es genial.

Los chicos se chocan los puños.

Me suena el móvil. Es Flavia. Pongo el altavoz.

-¡Mery! ¡a casa, ya!

-¿Por?

-Te tengo que contar... ¡alucinante!

-voy luego.

Miro a Chris que me sonríe. Quiero estar más con el.

-A ver guapa, ¿Vamos o no?

Es Pablo que se oye de fondo.

-¡Pablo!

Grita Javier.

-¡Hey!

-mai y yo estamos... ¡saliendo!

Flavia y yo nos ponemos a gritar. La abrazo fuerte entre risas.

-Reunión

Dice Flavia.

-Y nos contamos

Digo yo

-Mery tiene mucho que contar, dice chris.

-tenemos.

Se ríe y se acerca a mi. Me coge de la cintura y me besa en la mejilla.

Después de bromas, chistes y más. Nos montamos en las motos y nos vamos hacia el descampado donde habíamos quedado para la reunión.

Había muchas cosas que contar.

la fórmula de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora