6. Flavia relata

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-y eso es todo

Flavia suspira después de pronunciar su frase.

-Perdona guapa, aun no has empezado

Llevamos así media hora. Siempre me cuenta todo. Siempre le cuento todo. Siempre nos contamos todo. ¿Por que ahora no?

-que si, es todo porque no hay nada que contar.

-Ah ya... ¿por que te quedaste pasmada cuando viste a Javier?

-¿es el chico con el que corriste ayer?

Suspiro

-No te hagas la tonta y empieza a soltar secretos.

-Sí no quieres que un secreto se sepa... no lo cuentes.

-Vamos. Que tienes un secreto.

La he pillado y ella lo sabe. Se ríe y asiente. Vale, estoy ganando terreno.

-explicame por lo menos lo que te pregunte y yo te cuento dos secretos.

-Vale

A Flavia le encantan los secretos, al igual que a mi. Lo malo es que yo no tengo nada que contarle. Bueno, ya pensare algo.

-¿entonces te cuento?

-¡SÍ!

Termino chillando porque ya estoy fuera de mis casillas.

-Vale, vale... tigresa.

Esto último lo ha dicho por lo bajo. Pero lo he oído.  Ella se ha dado cuenta de algo y yo también.  Javier el primer día también me llamo tigresa.

Sonrio malignamente. Y le exijo que empiece a contar.

-Pues bien. Ayer. Cuando te fuiste a correr vi a Javi. Yo estaba preocupada. Sabía que te ibas a perder.

-¿Y qué?

-calla y escucha.

Suspiro pero le hago caso. Hago como si cerrase la boca con una cremallera y tiro la llave invisible al vacío.

-Bueno.  Como iba diciendo... Javier vino a preguntar... bueno que quien eramos. Y sobretodo que quien eras.

-¿Yo?

-No interrumpas.

-Perdona.

-Bueno pues eso. Que estaba iteresadisimo. Nos había visto por la ventana o algo así. Me dijo que donde estabas y tal. Y le dije que te habías ido a correr, aproveche a decirle que no te conocías el pueblo y tal. Por si te pérdias para que te encontrara.

-Vale. ¿por que te quedaste de piedra al verle?

-sin más, cuando volvisteis tu te fuiste directa a la cama pero yo antes fui a darle las gracias.  Me pregunto que si queriamos ir al día siguiente a la piscina. Con sus amigos. Le dije que yo si pero que tu no sabía si querrías.

-¿Y eso explica que...?

-explica que al día siguiente le vi y no le había dado respuesta porque ni me atreví a preguntarte. Así que el y yo planeamos que yo iría a la piscina sin ti y tu cuando vinieses, había mirado el tiempo y sabia que no lo ibas a soportar así que vendrías, pues nos encontraríamos todos. Por eso cuando nos vimos más tarde por lo de presentarnos y tal... pues nos quedamos Mudos mirándote. Sobretodo para que no sospechases.

-disimulas fatal y lo sabes.

-lo he intentado.

-lo se.

-¿eso es todo?

Suena el timbre.

-por ahora si, es maitane la oigo desde aquí.  Vamos a ver que quiere. Luego seguimos.

-salvada por la campana. O por el timbre.

Se ríe de su propio chiste y juntas bajamos a todo correr las escaleras.

la fórmula de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora