23. oh no

8 3 0
                                    

-¡Mery, despierta!

-¿Qué pasa mamá?

-alguien ha venido a visitarte

-Vale

Estoy medio dormida así que cierro los ojos de nuevo. No se el tiempo que pasa pero recibo un golpe. Me quejo con todas mis fuerzas y me tapó con la manta toda la cabeza. Recibo otro golpe.

-¿pero que?

-Buenos días Mery

-¡Flavia! ¡Eres una bruta! ¿de que vas?

-a ver, tengo razones

-explicate.

-victor

-¿Qué pasa con el?

-esta abajo.

Abro los ojos y le digo que me espere que ya bajo, me doy una ducha, me arreglo y bajo corriendo las escaleras

Nunca he pensado en victor como un ex novio ya que no hubo besos, abrazos, nada. Sólo estábamos tiempo juntos. Los dos nos gustabamos pero ya está. Por eso todos decían que eramos novios, incluso nosotros alguna vez. Alguna.

Abro la puerta del salón, que está cerrada por el calor que hace.

-¡Hey!

Victor se levanta. La verdad, yo me esperaba peor su apariencia. También me esperaba que me iba a enfurecer verle ya que no acabo bien nuestro casi noviazgo.

-Hola Victor...

Sonrio tímida, la verdad es que me alegro de verle. Eso de que se fuese a otro país sin decir nada estaba ya olvidado.

-Mery, estas... guapa... guapísima.

-eh, gracias

Le iba a decir que el también, pero no me gusta mentir. Así que sólo le doy las gracias.

-¿podemos salir?

-emm no, será mejor que no

Chris, si hace como todos los días, estará ahí fuera esperándome. Y no quiero confusiones.

-Vale, pues a ver... te lo digo aquí.

-ok dime

-siento haberme ido sin decir nada y aparecer de repente.

-No pasa nada

-de verdad. Lo hice porque... En fin, me gustabas...

-Guay.

-¿Estas enfadada?

-puede...

Puso cara de pena, pero yo no quiero ceder. No, no quiero que piense nada raro. Y ahora si que me estoy enfadando.

-Bueno Mery, que me voy a deshacer las maletas que ya sabes como soy para eso.

-si, si.

Y dicho esto me plantó dos besos en las mejillas y se fue corriendo. Me puse a llorar.

-¡Hey! ¿Qué pasa princesa?

Miro detrás y ahí está, Chris.

Oh, no.

-nada, nada.

-¿ese chaval te ha hecho algo?

-No, no

¿por qué repito las palabras?

-chris, solo es que estoy cansada y ya sabes como soy cuando estoy cansada

-si, lloras sin parar.

-Pues eso...

Se ríe, me despeina y me da un beso. Luego se despide.

Me voy a la cama, de verdad que estoy cansada. Me acuesto con lo que llevo.

No se que hora es, pero me despierto, aunque no sea por mi voluntad. Alguien está tirando piedras a mi ventana.

La abro y ahí está, Chris.

-¿Qué pasa?

Le grito.

-nada, ahora subo.

Y en un minuto esta plantado en mi habitación. No le ha costado nada trepar por el árbol y llegar a mi ventana. Cosa que a mi me daría mucho vértigo por muy deportista que sea.

-¿sabes lo que es una puerta?

-No

Nos reímos y me despeina de nuevo, es algo que ha acostumbrado hacer y no me gusta. ¡nada!

-¿pasa algo chris?

-Sí

-dime

Nos sentamos sobre la cama deshecha.

-Vale, ¿quién era ese tío?

-es victor.

-¿te ha hecho algo?

-No, ¿por?

-estabas llorando y no me trago lo del cansancio. Estoy preocupado.

Le cuento que es un ex y lo que paso con el y que simplemente me ha hecho recordar unas cosas.

-¿Qué cosas? ¿puedo saber?

Niego con la cabeza, siento que me voy a poner a llorar. Ahi está la primera lágrima, que viene seguida por una segunda y una tercera.

-¡mi niña!

Suelta algunas barbaridades en inglés, y me abraza.

-Vale, si no quieres no me cuentes. Pero me tienes aquí para lo que necesitas.

-Gracias. Si, quiero contarte.

la fórmula de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora