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【𝑬𝒍 𝒂𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝑱𝒂𝒄𝒌】

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𝑬𝒍 𝒂𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐 𝑱𝒂𝒄𝒌

🔸⚜️🔸

La noche había caído junto con una repentina y tormentosa lluvia. No era suficiente el tiempo que había pasado sentada frente a aquel hombre respondiendo un millón de preguntas. Ahora tenía la ropa empapada y tenía frío. Mucho frío.

Leonard había pasado por mí a unas cuantas calles de distancia de la mansión Havisham para no ser descubiertos y ese trayecto era el culpable de mi vestimenta mojada. Para cuando llegué al vehículo la lluvia había cesado, aunque ya era muy tarde para mí.

—¿Cómo le fue, señorita? —preguntó el hombre al verme.

—Terrible —me limité a decir antes de abrazar mi bolso.

El hombre con acento anglosajón era regordete con cabellos largos, patilla canosa y mejillas rosadas, siempre era amable y cortés con todo el mundo, pero Arthur y yo éramos como dos hijos para él. Nos apoyaba y nos reprendía cada vez que lo necesitábamos. Con Arthur me parecía normal puesto que lo conocía desde la infancia, pero conmigo era diferente, tenía poco más de un año de conocerme y algunas veces, incluso, me trataba mejor a mí.

—Lamento que Arthur la involucrara en todo esto —dijo él.

—Pierda cuidado. Me ha involucrado en cosas peores —respondí con hastío. Me acomodé en el asiento del carruaje y resoplé para mí misma.

No podía parar de pensar en todo lo que había hablado con Jack Wood. Él se había pasado todo el día revisando la mansión de piso a techo conmigo siguiendo sus pasos. Era bueno en lo que hacía y ahora yo tenía un miedo latente de que descubriera la farsa que Arthur había creado y en la cual estaba involucrada, para que al final fuera con las autoridades y termináramos refundidos en la cárcel sólo por el capricho de Havisham.

Mi libertad no me preocupaba mucho y mi reputación ya estaba por los suelos desde que me convertí en la soltera quedada del lugar.

Mi angustia más grande era mi pobre abuela.

Solo nos teníamos la una a la otra y aunque ella podía valerse por sí misma, necesitaba salirse de aquella habitación claustrofóbica en la que vivía desde meses atrás. Ocupaba mantener la mentira el mayor tiempo posible y obtener la casa del campo para ella.

Una oferta de ese calibre era imposible de despreciar, aun viniendo de alguien como Arthur que era un hombre que solía derrochar dinero en cosas innecesarias todo el tiempo y sabía que nunca le había encantado Havisham Lake, pero obsequiarlo a cambio de nada era algo que nunca lo había visto hacer.

El carruaje se detuvo de pronto y me hizo parpadear un par de veces para volver a la realidad.

—Aquí es, señorita —anunció Leonard.

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora