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【𝑼𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒅í𝒂】

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【𝑼𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒑𝒍𝒊𝒄𝒂𝒅𝒐 𝒅í𝒂】

🔸⚜️🔸

Un extraño sentimiento me invadió apenas abrí los ojos.

Sobre la mesita de noche reposaba la máscara negra que Arthur había utilizado durante el baile y cuando miré a mi lado... Él estaba ahí.

Arthur había cumplido su promesa de volver a casa antes de la media noche, pero él no volvió a su escondite. Se quedó conmigo.

Después de tanto reprimir nuestros sentimientos, fue casi como si al confesarlos, hubieran salido sin riendas. Riendas que no pudimos ponerles cuando nuestros labios se unieron. Nos obligaron a salir de aquel baile y no detenernos hasta culminar todo.

Mi anhelo de conservar la castidad hasta el matrimonio la había dejado en el perchero de la entrada, junto con el resto de mi ropa.

Había sido una de las noches más hermosas de mi vida, pero el sentimiento de culpa me seguía latiendo en la cabeza. No estábamos casados, no teníamos ningún tipo de unión formal y eso, para mí, seguía siendo incorrecto.

Me levanté de puntillas hasta el cuarto de baño para echarme un poco de agua fría en el rostro y después de arreglarme el cabello, volví hasta la habitación donde Arthur aún dormía plácidamente.

Esperé a que en algún punto de la noche me despertaran sus gritos desesperados a consecuencia de sus pesadillas, pero no lo hizo.

Durmió bastante tranquilo.

Tenía su cara hundida en la almohada y su cabello le cubría la frente y parte de los ojos. Llevaba encima una camisa de algodón blanca y debajo de la cintura... No me atrevía a investigar, puesto que estaba cubierto con la manta.

Ahí estaba, ese rostro perfecto y demoniaco que tanto me había incitado a pecar, finalmente lo había logrado.

Y si lo pensaba bien, me había gustado mucho pecar con él.

Me quedé recargada junto a la puerta, tomando entre mis dedos el collar de rubí de mi madre que aún cargaba puesto.

No sabía si debía meterme de nuevo en la cama, ir a preparar el desayuno o despertar a Arthur para hablar con él de todo lo sucedido.

Había bastantes cosas de qué hablar, pero antes de decidir qué hacer, alguien golpeó con fuerza la puerta principal.

—¡Buenos días, señorita Walker! —saludaron desde fuera.

El terror se filtró por cada célula de mi cuerpo.

Era Jack Wood.

Estaba en la puerta de entrada y Arthur dormía en mi cama. Tenía que ser una muy mala broma.

Corrí silenciosamente hasta la cama y moví a Arthur del hombro.

—¡Tiene que despertar ahora! —ordené a modo de susurro. Él comenzó a moverse en ese instante y yo seguí hablando—. Jack Wood está en la entrada de la casa, debe esconderse ¡Ahora! —le dije en cuanto abrió los ojos.

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora