15

56 10 5
                                    

【𝑷𝒂𝒓𝒐𝒏𝒊𝒓𝒊𝒂】

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝑷𝒂𝒓𝒐𝒏𝒊𝒓𝒊𝒂

🔸⚜️🔸

Durante toda la noche tuve fuertes problemas para dormir. Tener a Arthur durmiendo bajo el mismo techo que yo, era algo que me robaba la calma. No era algo novedoso, pero era la primera vez que no teníamos a la servidumbre merodeando la casa. Ni siquiera Leonard se había quedado con nosotros esta vez.

Estábamos tentadoramente solos.

Eso lo complicó todo cuando las pesadillas aparecieron.

Primero unos leves jadeos que provenían desde la sala de estar lograron despertarme y cuando creí que se detendrían, Arthur comenzó a llorar. Era un llanto tan doloroso y fuerte que podía escucharlo claramente hasta donde yo estaba.

Me levanté de prisa y sin encender ninguna vela, corrí entre las sombras de la casa hasta llegar a él .

Él se había acomodado en algún momento de la noche en el sillón grande y estaba arropado con la manta que le había dejado, pero se encontraba en posición fetal, abrazándose a sí mismo bajo dicha manta y sollozaba, pronunciando las mismas palabras de siempre.

«Perdón, juro que no lo vuelvo a hacer. Sé que creen que soy malo, pero no lo soy»

—Arthur —susurré, hincándome junto a él—. Arthur... —le toqué el hombro.

Él dejó de hablar, pero comenzó a llorar con más intensidad y su frente se humedeció de sudor rápidamente.

—Arty, estoy aquí —pronuncié el nombre que solo yo le decía para calmarlo cuando esas pesadillas lo atormentaban. Tomé su mano y la sujeté con fuerza—. Arty, es solo un sueño, aquí estoy con usted.

Con un gran suspiró abrió los ojos y levantó la cabeza con un solo movimiento. Su pechó empezó a subir y bajar con fuerza mientras en la habitación solo se escuchaba su hiperventilación. Las arcadas vinieron después.

Acerqué una cubeta metálica hasta donde él estaba, pero justo cuando creí que devolvería toda la cena, se sentó, sin pronunciar ni una sola palabra.

—Tranquilo —di un apretón en su mano—, sólo fue un sueño.

Su cabeza se giró y aunque sus ojos se posaron sobre mí, su mirara estaba completamente perdida.

—No es solo un sueño —balbuceó—, es esa pesadilla que me atormenta desde hace años.

—Pero no le puede hacer daño —solté su mano y acaricié sus hombros en un intento de que despertara completamente para que distinguiera la realidad del sueño—. Le traeré un poco de agua —intenté levantarme, pero él me sujeto con fuerza la muñeca derecha, aún con la mirada perdida en algún punto de la habitación.

—Estaba en ese lugar oscuro —murmuró. Yo regresé al sofá, a su lado—. Ese lugar donde todo es oscuridad... el cuerpo me duele y no puedo ver nada más que una luz sobre mi cabeza —se tomó un momento para seguir hablando—. Algo tibio escurría por mi cabeza y escuchaba a unos perros a la distancia...

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora