10

49 8 0
                                    

【𝑬𝒍 𝒈𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒍𝒍𝒆𝒋ó𝒏】

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

【𝑬𝒍 𝒈𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒍𝒍𝒆𝒋ó𝒏】

🔸⚜️🔸

Cuando era una niña pequeña, mientras mi madre preparaba la comida, siempre me escabullía por debajo de la mesa y me robaba un trozo pequeño de queso que ella dejaba a propósito en la orilla para que yo pudiera alcanzarlo con mi brazo sin sacar completamente el cuerpo de mi escondite.

Ella solía llamarme "ratoncita" por mi afición al queso y aunque con el tiempo comprendí que mi madre siempre estaba al tanto de que yo le robaba de su queso y ella me ayudaba con eso; mi verdadera afición era porque mi padre solía elaborarlo. Era un queso exquisito, al menos para mí, porque tenía una consistencia firme, pero cremosa cuando se desbarataba en la boca. Un verdadero manjar para el paladar.

Desde que mis padres fallecieron no había vuelto a comer un queso igual. Había buscado en bastantes lugares y había catado muchos, pero ninguno llenaba por completo mis expectativas.

Solo uno había sobresalido ligeramente del montón y lo vendían en una tienda pequeña y muy escondida en el centro de la ciudad. Cerca del lugar donde actualmente vivía mi abuela.

Ese día en particular, quería estar un poco alejada de Arthur y sus asuntos con Rebecca. Si él decía la verdad o no, no quería pensar mucho en ello. Solo quería que todo se arreglara sin que yo me involucrara más.

Así que, de camino a casa de la abuela decidí llegar por un poco de ese queso y algo de leche para cenar. Ella no estaba al tanto de mi visita porque asumía que lo de la falsa desaparición de Arthur me tenía muy ocupada y, aunque así fue durante los primeros días, quise aprovechar esa noche para ir a cenar en su mesa y dormir a su lado por una vez en mucho tiempo.

Las calles húmedas por la reciente lluvia y la noche tan oscura me hacían caminar con cautela por la avenida principal mientras abrazaba mi bolsa de víveres en mi pecho.

A la distancia vi una muchedumbre que gritaba, aplaudía y formaba un bullicio que llamaba la atención de todos los transeúntes que rondábamos el lugar. Dentro del círculo de personas había dos hombres sin camisa dándose de golpes el uno al otro, mientras las personas los animaban con billetes en sus manos. Era algo común de ver, era su forma más fácil de matar el aburrimiento y malgastar su dinero: apostando a uno de los hombres semidesnudos que peleaban entre sí por mera diversión.

Habían formado un círculo tan grande de personas que era difícil atravesarlo. Me detuve detrás de algunos hombres y miré por encima de sus cabezas, no había forma de pasar. Esas peleas podían durar mucho tiempo si los hombres tenían una gran resistencia y mi abuela estaría dormida para cuando yo pudiera seguir mi rumbo.

Tenía que buscar una alternativa, y la encontré al mirar al lado derecho de la calle. Había un camino alterno. Un callejón.

Solo tenía que atravesarlo y estaría a dos calles de distancia de la casa de la abuela.

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora