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【𝑳𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒂】

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【𝑳𝒂 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒂】

🔸⚜️🔸

—Revisé la documentación de los barcos que han entrado y salido de la pescadería en el último mes —Jack puso una pila de papeles frente a mí, todos con el sello en tinta de Trout Company—. Hablé personalmente con cada uno de los trabajadores y nadie vio nada, nadie notó actitudes extrañas en el señor Havisham los días previos a su desaparición, a excepción del día de la muerte del señor Connor. Estoy casi seguro de que eso está ligado de alguna forma, pero no aun no logro dar con la hebra para sacar el hilo —habló de manera metafórica mientras caminaba de un lado a otro frente a mí en el despacho de la mansión Havisham.

Yo sostenía una taza de té junto con un pequeño plato en mis manos al mismo tiempo que hacía una lista mental de las cosas que había investigado Jack en tan poco tiempo.

Había logrado hablar con las 173 personas que trabajaban en la compañía. Con los 18 empleados de la mansión Havisham y los 9 que solían quedarse en Havisham Lake.

Era veloz en su trabajo.

A la persona que más había sentenciado en su investigación sorpresivamente no era yo, era joven Henry. El hecho de que él se quedara a cargo de la empresa lo hacía, ante los ojos de Jack, el mayor sospechoso de desaparecer o asesinar a Arthur.

Nosotros sabíamos que no era así. Henry era de nuestra entera confianza y sabíamos que debíamos compensarle muy bien toda la calamidad que lo estábamos haciendo pasar.

—Me podría volver a hablar sobre la relación que sostenían el señor Connor y Arthur —finalmente se sentó a mi lado a lo largo del sillón, pero en lugar de tomar una taza de té de la mesita, sacó su libreta y se dispuso a escribir.

A pesar de que también estaba llevando el caso del señor Connor Havisham, siempre me volvía a interrogar al respecto como si él no supiera nada. Parecía darle más importancia a Arthur, de quien tenía la esperanza de que siguiera vivo.

Al señor Connor, fuera cual fuera el resultado del caso, nada lo regresaría a la vida.

—Eran muy cercanos —aclaré mi garganta al sentir los residuos de la manzanilla—. El padre de Arthur falleció cuando él era muy pequeño y el señor Connor se convirtió rápidamente en una figura paterna para él.

—Tengo entendido que él lo crio desde los tres años.

—Así es —asentí.

—Me intriga el saber por qué la señora Mary Owen no continuó cuidando de su hijo y le pasó esa tarea al señor Connor.

—La madre de Arthur quedó muy afligida al quedar viuda y el señor Connor siempre fue muy cercano al pequeño Arthur, además de que, al ser hermano de su padre, se acercó demasiado a él después de que el señor James Havisham falleciera.

—¿Mary nunca volvió a hacerse cargo de Arthur después de eso? —me preguntó por cuarta ocasión desde que le conté la historia por primera vez.

—No, como le he dicho anteriormente, quedó muy afectada con la muerte de su marido y el señor Connor creyó que lo mejor para todos era que él se encargara de Arthur.

—Entiendo —resopló, cansado y observó sus anotaciones en la libreta. Tachó un par de cosas y dio un piqueteo con su pluma en una esquina de la hoja. Se veía hastiado de toda la situación. Sentía un peso enorme de tener sobre sus hombros la responsabilidad de dar con el paradero de uno de los hombres más conocidos de Londres.

El apellido Havisham era uno de los más afamados de la ciudad desde varias generaciones atrás. Cuando Connor y James Havisham fundaron Trout Company elevaron potencialmente el estatus de la familia, quienes se distinguían por tener un trato maravilloso con sus empleados y ser excelentes socios comerciales.

Se dice que cuando el señor James Havisham falleció, decenas de personas asistieron a la mansión Havisham a dejar rosas, veladoras y algunas plegarias en el portón de entrada. Era un hombre realmente amado por la gente.

La muerte del señor Connor pasó mucho más desapercibida ya que tenía tiempo sin trabajar ni salir mucho de casa puesto que Arthur estaba al frente de la compañía y él pasaba sus días en completa calma y soledad dentro de casa.

— ¿Me comentó que Arthur no se veía tan afectado con la muerte del señor Connor? —continuó Jack con su interrogatorio.

—No es que no estuviera afectado —corregí—, pero no se veía tan mal como algunos de sus primos. Supongo que era por el hecho de que Arthur siempre estuvo para el señor Connor y eso le daba cierta paz mental; lo ayudó cuando enfermó de fiebre tifoidea y con la administración de la empresa familiar. Los demás familiares sólo lo visitaban para pedirle favores y dinero.

—¿Y qué pasó cuando... —dejó la pregunta en el aire cuando la puerta del despacho se abrió lentamente y una de las empleadas entró, haciendo una reverencia y con gestos un tanto preocupados.

—Disculpen la interrupción —murmuró—, pero hay una mujer que insiste en ver al señor Wood, dice que es importante y que es sobre el señor Arthur.

Jack se puso de pie al instante y sus ojos se iluminaron. Era como si le estuvieran ofreciendo la pieza que faltaba en el mapa que mentalmente estaba construyendo, justo cuando se había topado con pared.

Me puse de pie junto con él, expectante y movida por la curiosidad ¿Quién podría tener verdadera información de Arthur si no era yo?

Por la puerta entró una mujer más joven de lo que pude haber imaginado, con cara afilada, cuerpo delgado y una cabellera larga y lacia que llegaba hasta debajo de su cintura.

No fue eso lo que llamó la atención de ambos, fue lo que llevaba en sus brazos.

Cargaba un pequeño niño, envuelto en algunas mantas.

Me quedé inmóvil en donde me encontraba parada, mientras que Jack se apresuró hacia ella para saludarla.

Un latido se pronunció en mi sien y mi pecho comenzó a subir y bajar.

No solía ser una mujer que le gustara juzgar, pero desde que le puse los ojos encima y los suyos me miraron con recelo, hubo algo que no me gustó de ella.

Quizá sus gestos.

Quizá el niño que cargaba...

—Buen día, madame ¿En qué puedo servirle? —dijo Jack.

La mujer sujetó con más fuerza al niño y después de voltear a verme de soslayo un momento más, dio un gran suspiro.

—Este niño es hijo de Arthur Havisham —anunció.

—Este niño es hijo de Arthur Havisham —anunció

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𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora