Él finge su desaparición con un propósito secreto.
Ella le ayuda en su travesía, con un fin secreto.
Juntos van a descubrir que la vida no es como se planea...
Ⓒ Historia original de Jane Monttgomery.
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【𝑬𝒍 𝒈𝒓𝒂𝒏 𝒗𝒊𝒂𝒋𝒆】
🔸⚜️🔸
Debo admitir que esa noche, como casi todas las demás, no había podido dormir bien. Una emoción me invadía el estómago y mi mente no dejaba de pensar en todas las cosas que podría hacer al lado de Arthur.
Aún no entendía muy bien cómo habíamos pasado de ser jefe-empleada a ser dos amantes.
Mas bien, a ser el alma gemela del otro
Pero me encantaba.
La abuela desayunó a mi lado con una enorme sonrisa esbozada. Parecía ser la más emocionada de todos. Preparó algunos panqueques para almorzar y para nuestro viaje, así como algunas frutas secas y otras provisiones que ella aseguraba que necesitaríamos.
—¿A qué hora sale su tren? —preguntó por tercera vez, mientras yo desempolvaba mi vieja maleta.
—A las cinco de la tarde.
—¿Volverán para navidad? —se sentó a mi lado. Por primera vez noté algo de melancolía en sus palabras.
—Claro que volveremos para navidad, abuela —dejé maleta en el piso y me acerqué a ella—. Tendremos una linda cena los tres juntos.
Ella miró la mesa del comedor que contaba solamente con dos sillas y resopló.
—Tendré que conseguir un comedor más grande para esa fecha o si no, Arthur se tendrá que sentar en un banco como lo hizo Jack.
—No tienes que hacerlo —sonreí—. Pasaremos la navidad en... —me detuve abruptamente.
La abuela no estaba enterada de eso. Ella no sabía que Havisham Lake era suyo. No estaba al tanto de que tenía una casa nueva.
Debía darle la maravillosa noticia, pero no así. No en ese momento.
Aún tenía tiempo, debía ir por la llave de Havisham Lake hasta donde estaba Arthur y entregársela antes de irme.
Ella debía estar enterada de que tenía una nueva casa.
—Tengo que salir—me puse de pie.
—¿A dónde? —ella frunció el ceño— Debes terminar de hacer tus maletas.
—Sí, pero... Necesito unas cosas que dejé en mi casa.
—Puedes recogerlas de camino a la estación.
—No —comencé a ponerme mi gabardina—. Debo hacerlo ahora.
—Hija, está helando afuera —señaló la ventana.
Abrí la puerta y descubrí que era cierto. Una capa de nieve cubría todo el piso. Nieve que se estaba haciendo hielo solido al tener el sol oculto entre nubes grises.
