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【𝑯𝒂𝒗𝒊𝒔𝒉𝒂𝒎 𝑳𝒂𝒌𝒆】

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【𝑯𝒂𝒗𝒊𝒔𝒉𝒂𝒎 𝑳𝒂𝒌𝒆】

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Después de ocho largos días de ir y venir, preguntar y contestar, hacer y deshacer todo tipo de cosas alrededor de Arthur, ahora sí me estaba cansando. No de él, de Jack. En verdad era un hombre inteligente, pero también era terco y a pesar de ello, estaba aprendiendo a manejar sus interrogantes con cautela. Sentía que él me tenía confianza y yo creía que podría manejar la mentira un par de semanas más.

Luego de revisar cada pulgada dentro de la mansión Havisham, de interrogar a bastantes personas en Trout Company y de hacernos a mí y a toda la servidumbre las mismas preguntas una y otra vez, Jack había decidido ir al que solía ser el segundo hogar de Arthur: Havisham Lake.

Jack Wood me pidió que lo acompañara al yo tener las llaves de aquel lugar y no podía estar más complacida. Ahora veía esa casa con otros ojos, pocos días antes de navidad se convertiría en mi nuevo hogar y el hecho de visitarla después de muchísimo tiempo hacía que mi corazón se emocionara bastante.

El trayecto en el carruaje fue silencioso y largo, pero al adentrarnos en el camino de la arboleda, previo a la casa, no pude contener la emoción y abrí un poco la cortina del coche para mirar por la ventana.

La mañana estaba en su mejor punto y la luz se filtraba entre los troncos de los árboles regalándonos una vista espectacular. Me quedé así un momento, simplemente admirando el paisaje que tendría que recorrer a diario para llegar a casa.

—¿Cómo se ha sentido en los últimos días, señorita Walker? —pregunto Jack, de repente.

Cerré la cortina y me acomodé en mi asiento para mirarlo.

—Tranquila —me limité a contestar.

—Me alegro por usted. No debe ser fácil perder a un ser querido.

—A un jefe —corregí.

—Una disculpa —se levantó la boina y la volvió a colocar en su lugar—. Aunque, si usted no considera al señor Havisham como un ser querido, él sí la consideraba así a usted —trataba de mantenerse derecho a pesar de que el vaivén del carruaje se había intensificado por culpa del camino de terracería.

—¿Por qué lo dice? —inquirí.

—Si usted no fuera tan importante para él, no tendría algo tan valioso en su poder —señaló mis manos que jugaban con el manojo de llaves de la casa. Dejé de hacerlo al instante y regresé mi vista a la ventana.

—Tengo las llaves por la simple razón de que las necesito para cuando el señor Havisham desea venir a este lugar, yo me adelanto un par de horas y arreglo todo para él.

—Debe ser muy gentil de su parte —ladeó un poco su cabeza sin dejar de mirarme.

—Solo cumplo con mi trabajo.

𝓠𝓾𝓮𝓻𝓲𝓭𝓪 𝓙𝓸𝓪𝓷𝓷𝓮 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora