El sábado llegó y todo estaba tranquilo, sin miradas raras entre los hermanos y sin mensajes incómodos por parte de Kaia.
Ella había visto como Valter me observaba y él no se dio cuenta, creo, pero igual estaba nerviosa por lo que Kaia pudiera llegar a decirme.
Respiré hondo y marqué el número de Kaia.
Respondió al tercer timbre con una voz “alegre”
—Hola.
—Hola, ¿Cómo estás? ¿aún no te liberan?
Ella suspiró.
—Va para largo.
—Que mal —hice un puchero —, te extraño.
—Igual —se quedó callada un momento y luego habló —. Por cierto, necesito que le lleves algo a Valter, él volvió a su apartamento, creo que Peerce y él pelearon.
—Entendido.
—Frey debe darte unas carpetas, llévaselas hoy, recuerda que no puede saber que mis hermanos están aquí.
—Tranquila.
Ella se despidió y colgó el teléfono.
Dejé el celular en la cama y salí al salón.
Heist estaba jugando videojuegos.
—¿Puedo jugar también?
Él asintió y me pasó el otro mando.
Jugamos por un rato hasta que Frey llegó y me entregó las carpetas sin decir nada.
Y se encerró en la habitación de Kaia.
Me fui viendo como el cielo estaba nublado.
—Debí coger un paraguas.
Dejé mi teléfono y lo único que tenía era las carpetas en las manos pegadas a mí pecho.
El apartamento de Valter estaba a unas siete calles, podía coger un taxi, pero decidí caminar. Así me despejaba mentalmente.
Los minutos pasaron y llegué a los bajos de la residencia de Valter.
Me acerqué al portero y me anuncié.
—Hola, vengo a ver a Valter Stein. Dígale que es Raquel.
Llamó por el telefonillo y me abrió la puerta.
—Tercer piso, es el único apartamento.
—Gracias.
Subí hasta el tercer piso.
La verdad es que si solo era un apartamento por piso, estos devían ser muy grandes.
La puerta del ascensor se abrieron y quedaban frente a una puerta donde Valter me esperaba con brazos cruzados.
Llevaba un pantalón gris de lana que le quedaba muy bien y una camiseta blanca dejando afuera sus brazos trabajados.
Entré al apartamento siguiendo su paso.
Ninguno dijo nada hasta que me quedé parada en el medio del salón.
Era parecido al mío con la diferencia que estaba bien amueblado y la cocina americana se veía más sofisticada.
Él se paró a un metro de mí y vio las carpetas que traía.
—Kaia te manda esto —se las entregué.
Las agarró y las dejó encima del sofá para luego acercarse a mí. Inconscientemente si un paso detrás.
—¿Te pongo nerviosa? —enarcó una ceja.
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Caminos De Sangre [Los Stein]
FanfictionViví toda mi vida atrapada en un pueblo de Canadá, atrapada en las garras de mi madre, hasta que alguien me obligó a irme. Comencé una nueva vida, una aparentemente mejor, pero estaba equivocada. La llegada de los Stein en mi vida provocó un tornado...