Maratón 3/3
Mi estómago está vacío, literalmente.
Llevo una hora en el hospital, entre revisiones, lavados de estómago y un policía junto a mí tomando nota de todo lo que pasó.
Conté todo lo que había pasado y lo que había echo, me defendí y no me arrepiento.
Los dos que me atacaron está internados en el hospital bajo vigilancia policial.
Como ya hice una denuncia formal con el mismo oficial ya podía irme a casa.
Son las tres de la mañana y estoy sola en la calle que da a la entrada del Hospital.
No he llamado a nadie, no quería que se enteraran de mi... Situación.
Además no es algo que se hable por teléfono.
Enciendo la pantalla de mi celular y busco entre los contactos.
Aún conservo mi bolso y mi teléfono, mis tacones también, pero uno tiene sangre en su suela. No es agradable. Mi vestido está intacto de mis pechos hacia abajo, un policía mi dio un pullover negro que tenía extra y me lo puse encima del vestido roto.
Pensé que me lo quitarían como prueba del delito, pero no lo hicieron.
Busco entre los contactos y me quedó mirando uno, marco antes de arrepentirme y suena tres timbres.
Estoy a punto de colgar, pero él responde mi llamada.
—Hola... —saludo apenada y sintiendo como el calor se asienta en mis mejillas rápidamente.
—Son las tres de la mañana...
Escucho como bosteza.
—Lo siento... Llamé sin querer, ya cuelgo.
—Espera, estás mintiendo, qué pasa ¿Le pasó algo a Kaia?
Suspiro y me tomo un momento antes de hablar.
—Hoy... Me pasó... Algo, unas personas intentaron...
Mis ojos se llenan de lágrimas rápidamente, intento reprimir las ganas de llorar, pero una sale rebelde y se desliza por mi mejilla.
—¿Qué intentaron?
Ahogo el llanto con mi mano libre. No puedo creer que esté llorando con él al teléfono.
—Lo-lo siento... —sorbo mi nariz.
—¿Dónde estás? —suena demandante y le digo que en el Hospital.
Él no dice más nada y cuelga.
Por alguna razón creo que vendrá a por mí. O tal vez me equivoco.
Han pasado veinte minutos, veinte minutos de soledad y de llanto.
Sé que mi rostro está rojo, hinchado y magullado. Mi cabello despeinado. Una de mis rodillas con una venda y la otra con una pequeña sutura de dos puntos. En fin, estoy echa una mierda.
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Caminos De Sangre [Los Stein]
FanfictionViví toda mi vida atrapada en un pueblo de Canadá, atrapada en las garras de mi madre, hasta que alguien me obligó a irme. Comencé una nueva vida, una aparentemente mejor, pero estaba equivocada. La llegada de los Stein en mi vida provocó un tornado...