Las cinco de la mañana.
Esa fue la hora en la que nos dormimos.
A las 8:30 am fue la hora en la que el timbre del apartamento comenzó a sonar como si fuera urgente que nos levantáramos para abrir.
— Cinco minutos más....
Estaba acostada muy cómoda en mi cama. No quería levantarme, pero el timbre siguió sonando a la vez que mi teléfono sonaba en una llamada.
El fuerte tono de mi teléfono terminó de despertarme.
De mala gana abrí los ojos y colgué la llamada sin ver quién era.
El timbre seguía sonando.
— ¡Ya va! — grité y me levanté.
Cojone...
Caminé hasta la puerta y la abrí.
Dos hombres entraron como bólidos sin temor a atropellarme.
— ¡Oigan!
Me aparté, quité mi pelo de la cara y me restregué los ojos.
Peerce y Valter estaban parados en el medio de la sala con la cara más sombría del mundo.
— ¡He dormido tres putas horas! ¡¿Por qué vienen tan temprano?!
— ¿Dónde está? — Peerce caminó hasta mí escrutándome con la mirada.
Me aparté y miré sobre su hombro a Valter.
— ¿Quién?
— Pues Kaia, quién si no.
Miré la sala echa un desastre y luego observé la puerta de su habitación cerrada.
— Está durmiendo.
— Eso no es lo que dice su GPS — Peerce parecía que quería arrancarme el alma.
— ¿Su qué?
Los miré extrañada para luego abrir los ojos lo más que pude.
— ¡Le tienen un localizador puesto!
Peerce no dijo nada y se apartó de mí.
Valter fue hasta la puerta de Kaia y la abrió de una patada. Los dos entraron y comenzaron a registrar todo.
Caminé hasta el marco de la puerta y vi su cama echa.
— La última vez que la vi estaba durmiendo allí — señalé la cama.
— ¿A qué hora fue eso? — Valter se acercó peligrosamente a mí.
— A las cinco de la mañana.
Peerce suspiró y detuvo su búsqueda para posicionarse junto a Valter y cruzar sus brazos.
— ¿Qué hicieron anoche?
Repasé todo lo que hicimos y recordé lo último que habíamos echo.
Por Dios...
— ¿Por qué se los diría?
Me di la vuelta y entré al baño dejándolos con la palabra en la boca.
Estuve unos minutos en el baño, cuando salí los dos estaban aún ahí. Valter estaba preparando café y Peerce estaba sentado en el sofá leyendo la lista en la libreta que Kaia había echo la noche anterior para la pijamada.
Metiche...
— Toma — Valter me extendió una taza de café.
Tomé el café de un trago y dejé la taza encima de la barra.
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Caminos De Sangre [Los Stein]
FanfictionViví toda mi vida atrapada en un pueblo de Canadá, atrapada en las garras de mi madre, hasta que alguien me obligó a irme. Comencé una nueva vida, una aparentemente mejor, pero estaba equivocada. La llegada de los Stein en mi vida provocó un tornado...