CAP 7

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Las cinco de la mañana.

Esa fue la hora en la que nos dormimos.

A las 8:30 am fue la hora en la que el timbre del apartamento comenzó a sonar como si fuera urgente que nos levantáramos para abrir.

— Cinco minutos más....

Estaba acostada muy cómoda en mi cama. No quería levantarme, pero el timbre siguió sonando a la vez que mi teléfono sonaba en una llamada.

El fuerte tono de mi teléfono terminó de despertarme.

De mala gana abrí los ojos y colgué la llamada sin ver quién era.

El timbre seguía sonando.

— ¡Ya va! — grité y me levanté.

Cojone...

Caminé hasta la puerta y la abrí.

Dos hombres entraron como bólidos sin temor a atropellarme.

— ¡Oigan!

Me aparté, quité mi pelo de la cara y me restregué los ojos.

Peerce y Valter estaban parados en el medio de la sala con la cara más sombría del mundo.

— ¡He dormido tres putas horas! ¡¿Por qué vienen tan temprano?!

— ¿Dónde está? — Peerce caminó hasta mí escrutándome con la mirada.

Me aparté y miré sobre su hombro a Valter.

— ¿Quién?

— Pues Kaia, quién si no.

Miré la sala echa un desastre y luego observé la puerta de su habitación cerrada.

— Está durmiendo.

— Eso no es lo que dice su GPS — Peerce parecía que quería arrancarme el alma.

— ¿Su qué?

Los miré extrañada para luego abrir los ojos lo más que pude.

— ¡Le tienen un localizador puesto!

Peerce no dijo nada y se apartó de mí.

Valter fue hasta la puerta de Kaia y la abrió de una patada. Los dos entraron y comenzaron a registrar todo.

Caminé hasta el marco de la puerta y vi su cama echa.

— La última vez que la vi estaba durmiendo allí — señalé la cama.

— ¿A qué hora fue eso? — Valter se acercó peligrosamente a mí.

— A las cinco de la mañana.

Peerce suspiró y detuvo su búsqueda para posicionarse junto a Valter y cruzar sus brazos.

— ¿Qué hicieron anoche?

Repasé todo lo que hicimos y recordé lo último que habíamos echo.

Por Dios...

— ¿Por qué se los diría?

Me di la vuelta y entré al baño dejándolos con la palabra en la boca.

Estuve unos minutos en el baño, cuando salí los dos estaban aún ahí. Valter estaba preparando café y Peerce estaba sentado en el sofá leyendo la lista en la libreta que Kaia había echo la noche anterior para la pijamada.

Metiche...

— Toma — Valter me extendió una taza de café.

Tomé el café de un trago y dejé la taza encima de la barra.

Caminos De Sangre [Los Stein]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora