El ruido de la cafetera eléctrica se escucha en todo el salón.
Peerce está preparando dos sándwich para nosotros. Yo estoy sentada en el sofá blanco viendo las noticias.
Los dos estamos callados, cada uno en lo suyo. La verdad es que al despertarme la realidad cayó sobre mí como un balde de agua fría. Todo lo que me pasó anoche me carcome la cabeza.
Kaia me ha llamado unas veinte veces en lo que va de mañana. Son las diez, no tengo cerebro para ir a la escuela y la verdad no sé si quiera volver a casa.
Estoy con la misma ropa que Peerce me dió. Solo he podido lavar mi rostro y mi boca, quiero bañarme y ponerme mi ropa, pero está rota y mis zapatos manchados.
La voz de la reportera se escucha derrepente. Subo el volúmen del televisor.
—Una chica de veinticinco años llamada Valentina Andrews y un chico de veinticuatro llamado Ray Charles han sido asesinados la pasada madrugada en el Hospital General —las imágenes de unos chicos con un corte en medio del estómago muy grotesco —. Una lamentable circunstancia, la policía está trabajando para encontrar a los culpables.
Mi boca se abre exageradamente y me quedo inmóvil. Mi cuerpo no responde.
—¿Qué...? —por alguna razón siento impotencia —Esos son...
Mis palabras quedan en el aire.
Esos son los que intentaron hacerme aquello horrible anoche mismo. Es el mismo hospital en el que estuvimos. Dios, eso es una... ¿Coincidencia?
Paso mi mano fría por mi frente ya empapada de sudor frío.
¿Qué está pasando?
Escucho como Peerce camina y se para junto a mí. Él no dice nada y yo tampoco. No lo veo, solo prestó atención a la pantalla grande hasta que ésta se apaga dejando atrás las imágenes y volviéndose negra en el acto.
—¿Qué sucede? —la voz de Peerce hace eco en mi sistema.
Una coincidencia...
—Ellos... —las palabras se traban en mi boca — Ellos hicieron...
—¿El qué?
Observo a Peerce y su rostro muestra confusión.
—Son los culpables —hago una pausa asimilando todo lo que pasó — de lo que me pasó.
Peerce arruga su entrecejo. No dice nada, al menos por el momento. Se sienta a mi lado sin despegar su vista de mí.
Solo hace eso.
Yo suspiro y en cambio me pongo muy nerviosa, por alguna razón. Tal vez... ¿Soy la culpable?
—Quiero irme a casa —me levantó del sofá y camino escaleras arriba como un bólido.
Mi teléfono está encima de la mesita de noche de la habitación de Peerce. Solo es cogerlo y largarme a mi refugio.
Abro la primera puerta que veo en despiste, pero era la equivocada mas no la cerré.
Me sorprendí al ver tres escritorios cada uno con computadoras y muchos cables. En las paredes blancas hay murales con notas de colores, fotos de hombre y mujeres regados por toda la pared con un hilo rojo entrelazando algunos de ellos.
Mi mano dejó el pomo de la puerta y entré caminando muy suave.
Encima de uno de los escritorios hay unas carpetas amarillas. Me acerco bien y leo mi nombre en una de ellas. La abro sin pestañear y leo mi vida dividida en papeles y algunas fotos mías antiguas de mi cuenta de Facebook.
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Caminos De Sangre [Los Stein]
FanfictionViví toda mi vida atrapada en un pueblo de Canadá, atrapada en las garras de mi madre, hasta que alguien me obligó a irme. Comencé una nueva vida, una aparentemente mejor, pero estaba equivocada. La llegada de los Stein en mi vida provocó un tornado...