Este capítulo contiene escenas sexuales explícitas y lenguaje obsceno.
Está bajo tu responsabilidad leerlo.
Sin más besito en el Anastasio
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Valter:
Tener a Raquel a mi merced es algo que quiero desde hace mucho tiempo. Quiero poseerla y dejarle saber que no admitiré que alguien más la toque. Es mía y esta vez no pienso compartir con nadie más.
Me quito los zapatos seguido del pantalón dejando a la vista mi bóxer negro. Mi polla se siente cada vez más dura, es doloroso y se nota ya que la tela se está estirando cada vez más dejando ver mi notable erección.
—Ven —le hice una señal para que se levantara y caminara hasta mí.
Ella obedeció y yo la tomé por la cintura atrayéndola hacia mi cuerpo, pegándola, sintiendo su calor corporal.
Besé sus suaves labios y subí una mano hasta su cabello, la agarré y la pegué más aún.
Sus frágiles manos me abrazaron e hicieron lo mismo.
Sin gentileza abro su boca y meto mi lengua profundizando más el beso.
Se siente bien, necesario. Como si todo en el resto del mundo hubiera desaparecido y solo estuviéramos nosotros dos.
Suelto su cabello y bajo mi mano por su espalda hasta llegar al borde de su top. Meto mi mano derecha y aprieto su teta, es increíble la sensación su su piel tan suave me mi tacto. He soñado tanto con tocarla y ahora lo estoy haciendo y por ello debo castigarla, por hacerme esperar tanto.
Sé que ella también lo estaba esperando, lo sé por como se estremece entre mis brazos.
Sin dejar de besarla juego con sus pezones sintiendo como se paran quedando muy duros al contacto con mis dedos.
Me estoy desesperando.
Quiero más.
Me aparto solo lo necesario para poder quitar su blusa. Ella cede sin chistar, mirándome a los ojos como si estuviera suplicando por más. Sus tetas son grandes y sus pezones rosados. Quiero chuparlos, pero debo hacer que sepa que son solo míos.
—Pequeña... —me encanta llamarla así, pero cuando escuché a Mayne llamarle por el mismo sobrenombre y vi como ella reaccionó quise partirle la cara a mi hermano —, eres mía.
No era una pregunta, era un hecho.
—Ahora, lo soy —respondió viéndome a los ojos.
Mis manos viajaron a sus tetas y las apreté lo suficiente para causarle dolor y placer al mismo tiempo.
—Ah... —soltó un gemido que hizo que me polla palpita.
Sus gemidos son música para mí.
Acerco mi boca a uno de sus pechos y chupo, con mi lengua acaricio su pezón y lo muerdo suavemente mientras que mi otra mano juega con el otro.
Siento como se estremece. Es muy sensible en esa zona así que aprovecho para pellizcar uno y mientras muerdo el otro a la vez. Sus gemidos inundaron la habitación.
Me separé antes que se corriera.
Sé que hay mujeres con pezones muy sensibles que pueden incluso llegarse a correr con solo prestarle atención a sus pechos, pero no creía que Raquel fuera una de ellas.
—Por favor —me suplicó.
La miro y niego con la cabeza. Los dos tenemos la respiración entrecortada.
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Caminos De Sangre [Los Stein]
Hayran KurguViví toda mi vida atrapada en un pueblo de Canadá, atrapada en las garras de mi madre, hasta que alguien me obligó a irme. Comencé una nueva vida, una aparentemente mejor, pero estaba equivocada. La llegada de los Stein en mi vida provocó un tornado...