CAP 14

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Un estruendo hace que abra los ojos rápidamente. Había mucha luz y casi no pude ver por un minuto hasta que mis ojos se acostumbraron a aquella claridad.

Me estiré sentada me la cama mientras observaba el panorama. Estaba en una habitación que no era mía, era la de Valter.

Las imágenes de lo que habíamos echo la noche anterior nublaron mi mente por un momento.

Llevé mi mano a donde el chupetón en mi cuello descansaba.

Mierda...

Sentí un aire frío en mi piel y me di cuenta que aún estaba desnuda. Tomé el edredón y lo envolví en mi cuerpo para taparme, aunque claramente la persona que estaba parada junto al espejo peinándose ya me había visto y succionado hasta el alma.

Valter estaba frente al espejo de cuerpo entero ubicado frente su armario.

—Buenos días —me guiñó un ojo por el reflejo del espejo.

—Hola... —murmuré.

Sentí un calor en mi zona íntima y apreté mis muslos para poder mitigar un poco el deseo que había llegado de pronto.

—Se me cayó el teléfono, lo siento —se refería al ruido que me había despertado.

La habitación estaba iluminada por la luz que entraba por las ventanas traspasando las cortinas blancas.

—Tranquilo —peiné un poco mi cabello con mis manos mientras me quedaba mirando a la nada procesando todo lo que podía pasar en el día.

La noche anterior no había sido muy silenciosa que digamos. Mis gemidos fueron tan fuertes, pero joder, no podía reprimirlos.

Valter se acercó a mí y se agachó quedando su rostro a la altura del mío. Agarró mis manos y las apretó un poco.

—Puedes bajar cuando quieras y si no quieres mejor —una sonrisa adornaba su rostro.

Suspiré y le dediqué una sonrisa genuina.

—¿Ah sí? —jugué un poco con su pulgar en mi mano.

—Si... —volvió a guiñar me un ojo y besó mis labios.

Le devolví el beso, era uno gentil y cariñoso.

Nos separamos y pegamos nuestras frentes.

—¿Nos escucharon? —pregunté con un poco de vergüenza en mi tono.

Él soltó una risita y me ahuecó la mejilla.

—¿En serio te preocupas por eso?

—Si —mordí mi labio en un gesto ansioso —. Si Kaia nos escuchó no sé qué voy a hacer con mi vida.

Toda la culpa me llegó de momento y se asentó en mis hombros haciéndome sentir pesada metafóricamente.

Valter negó con la cabeza. —Creo que tenemos derecho a vivir nuestra sexualidad libremente.

—Si, pero —me calló con un dedo en mis labios.

—¿Dónde quedó lo de “sin remordimientos”?

Le di vuelta a sus palabras y tenía razón.

No podía carcomerme la cabeza con eso. No estaba segura si Kaia me habría escuchado, o siquiera alguien.

Pensar en eso simplemente me hacía sentir un poco culpable y no quería eso.

—Tienes razón.

Me levanté de la cama y fui hasta el baño de su habitación.

Caminos De Sangre [Los Stein]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora