CAP 17

267 34 4
                                    

En este capítulo se tocan temas de violencia explícita y puede ser sensible para algunos lectores.
Gracias por la comprensión y sigan leyendo⚠️

Maratón 2/3

Erick’s Bar es prestigioso por lo concurrido que siempre está.

La música electrónica y pop no es negociable en este lugar y la presencia de algunos artistas lo preceden.

Las luces rosadas, verdes y moradas abunda junto a un humo artificial.

Hay varias mesas pegadas a las paredes dejando en el medio una pista de baile donde habitan mujeres moviendo las caderas y hombres cazando a sus presas.

A pesar de no haber tomado aún, obviando el vino que tomé en el apartamento, todo da vueltas. Las personas están saltando y bailando, frotándose y sudando, algunos se besuquean pegados en los pasillos y otros llevan tragos a las mesas.

Mi destino es la barra.

Camino entre las mesas y trato de evitar a los que se empujan cuando bailan.

Me siento en uno de los taburetes y le hago seña al bartender.

Pido cinco shots de tequila y me los trago todos de un tirón. Me escuece por dentro, pero la adrenalina que siento por lo que quiero hacer disipa mis nervios y controla mis acciones.

Hoy vine con algo en mente, llevarme a la cama a alguien, no sé si será un chico de diecinueve o un hombre de cuarenta, o tal vez alguna chica, nunca lo he intentado con una, pero me ha causado curiosidad y ahora que ya siento el alcohol en mi sistema no se me hace mala la idea.

Vine a disfrutar y dejarme llevar, no para pensar en el qué pasará o en las consecuencias de mis actos.

—Otra ronda de cinco —le digo al bartender.

Él obedece y llena los shots.

Vuelvo a beber rápido y en el tercero ya siento un mareo que me avisa que mi borrachera deseada está comenzando. Dejo los otros dos aún llenos frente a mí. Me tomo un momento para respirar profundo y volver a beber.

El chico rubio que me atendió se acerca a mí con una copa con varios colores dentro de su recipiente.

—Para usted —la acepto y veo al chico —. La invita aquel chico.

Señala a un hombre de tez blanca y trenzas africanas en su cabello. Se ve bien, una combinación particular, pero atrayente a la mirada.

Le doy las gracias al bartender y sorbo de mi copa. Un sabor dulce y cítrico a la vez hace juego con un ligero sabor a alcohol que baja por mi garganta. Disfruto de mi bebida mientras juego con la pajita.

Siento movimiento a mi lado derecho y giro mi cabeza hacia allí.

—Hola —saluda el chico de las trenzas.

—Hola —observo como se sienta a mi lado y deja su caso vacío en la barra —. Gracias por la bebida. Está buena.

Le sonrío y él me devuelve la sonrisa. Unos hoyuelos aparecen y me recuerdan a los de Mayne.

No, cerebro malo.

Me regaño mentalmente y trago de mi copa mientras veo como el chico desconocido se acerca ligeramente a mi.

—Para una chica tan linda lo que sea.

Me guiña uno de sus ojos verdes.

—¿Ah sí? —tonteo.

Caminos De Sangre [Los Stein]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora