CAP 22

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—Lo sé, lo sé —hablo un poco más alto mientras recojo unos tenis para empacar en mi maleta.

—Llámame en cuanto tomes un taxi. Estoy preocupada, tu hermano en el hospital y tú allá tan lejos... —la voz de mi madre se escucha más baja y apagada que de costumbre.

—Tranquila, mamá —Voy a mi gavetero y saco bastante ropa interior y la tiro a lo loco en la maleta—. El médico dijo que se recuperará pronto, pero debes calmarte.

Lo sé.

Me despido de mi madre y cuelgo la llamada.

Un viaje de imprevisto a Canadá era lo único que me faltaba, pero que todo sea por ayudar.

Mi hermano tuvo un accidente de auto, un alce se metió en su camino y por esquivarlo terminó con dos fracturas leves en las costillas y un fuerte golpe en la cabeza.

Mamá anda atacada de los nervios y eso me ataca a mí.

Tuve que dejar todo de pronto para viajar. No sé cuánto tiempo esté allí, espero que no mucho.

Volveré en cuanto mi madre se calme lo más que pueda y que me asegure que mi hermano está bien y recuperándose al cien por ciento.

Valter me llevará al aeropuerto y Kaia me hizo puchero para que volviera pronto.

Pedí unos días en la Universidad para que no me dieran faltas y eso afectara mis notas luego.

Suspiro y cierro la segunda maleta. Busco mi neceser de maquillaje y productos higiénicos y lo meto en el bolso de mano.

Luego de guardar todo lo que aparentemente necesito busco mi pasaporte con el pasaje.

El pasaje lo compré a velocidad máxima y casi no lo alcanzo, pero algo que el dinero de los Stein resuelven es la rapidez.

Me negué un par de veces, pero Valter es muy obsesivo con las cosas así que me rendí y acepté que pagara mi pasaje.

Me quedaré en casa de mi madre al fin y al cabo tengo mi habitación tal y como la dejé, mamá siempre la limpia y cuida por si vuelvo.

Pongo una alarma para despertarme a las cuatro de la mañana. Me vuelo es a las seis y necesito tiempo de despertarme, hacer check-in y estar a tiempo.

++++++

Busco torpemente mi pasaporte en mi bolso hasta que lo encuentro.

—No se me quedó —Valter y yo suspiramos aliviados.

Llevaba diez minutos buscando mi pasaporte y no lo encontraba.

—Cuando llegues escríbeme, estaré esperando. —me agarra de la cintura y me pega a él.

—¿Ah sí? —tonteo un poco.

Lo abrazo por el torso y me le quedo viendo.

—¿Me extrañarás?

—No lo sé —respondo juguetona. —, tal vez solo un poquito.

Sus ojos negros se iluminan y sonríe.

—Raquel, sé mi novia.

Sus palabras hacen eco en mi mente. Se me dificulta un poco procesar la información.

—¿Tu novia?

Él asiente y toma mi mano. Deja un beso casto en el dorsal y me mira directo a los ojos.

—Somos adultos, sabemos lo que queremos. Ya no tenemos que escondernos de nadie.

Besa mi frente y yo me separo de él.

Caminos De Sangre [Los Stein]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora