4. Dia inesperado♡

489 28 1
                                    

Escucho música mientras hago mis deberes de la universidad, ya llevo dos semanas sin asistir a ningún evento social a excepción de los familiares.

Rosaline también no a hecho ninguna fiesta y no es porque sus padres se lo prohibieron si no que esta en la espera que los míos me levante el castigo para que juntas volvamos hacer el alma de las fiestas.

―¿No te has planteado nunca ser roomie de Rosaline?-― Escucho a mi hermano hablar por primera vez.

Alessandro es el único que me a hecho compañía todos estos días, ya que mi padre prohibió el acceso a cualquiera de mis amigos sobre todo de Rosaline.

Solo los e visto en receso y en los pocos minutos que tengo libre en la salida.

―Si, pero cuando papá y mamá iban aceptarlo, ambas lo jodimos todo cuando nos fueron a traer hasta Ámsterdam solo porque queríamos comer un pastel especial y use el jet privado de papá.― Suspiró haciendo más anotaciones.

―Eres un desastre Sami.― Suelta riéndose.

―Tú igual, ¿o se te olvido cuando pequeño le robastes su dentadura a nuestra bisabuela Beatrice?, solo porque querías probar como se sentía masticar con ella.― Hago una mueca de asco al recordar lo último.

Alessandro hace lo mismo temblando de repulsión.

―Igual no me castigaron por ser el hijo favorito. Volteó los ojos con fastidio.

La verdad tiene una pizca de razón, son pocas las veces que mis padres han castigado a Alessandro, en cambio a mi hasta por respirar lo han hecho.

"Se nota el favoritismo en mi familia."

Luego de un momento escuchamos la puerta abrirse así que mi hermano se pone de pié desde el asiento donde estaba.

Aún siento raro que él con 14 años mida casi igual a mi padre solo le hace falta rebasarlo por una cabeza.

Veo que se queda estático en la puerta no hace absolutamente nada. Estoy apuntó de ir a ver que sucede hasta que escucho la voz de la persona causante del repentino comportamiento de mi hermano.

―Alessandro necesito pasar para ver a mi amiga.― Escucho a Rosaline regañarlo.

―Cla-claro.― Mi hermano se mueve con rigidez dándole el paso.

Rosaline se adentra a mi habitación no sin antes de querer darle unas palmadas a mi hermano en la cabeza como lo hacía cuando era niño y se comportaba como un idiota.

"Aunque pensadolo bien nunca dejó de comportarse así."

―Deja de comportarte así, porque no crecerás más si sigue con tu comportamiento de tarado.― Lo reprende mi amiga con su dedo acusador.

―Lo dudo que no vuelva a crecer más.― Se burla mi hermano saliendo de la habitación.

"Si, yo y Rosaline en unos años seré un par de duendes al lado de mi pequeño hermano."

Lo último lo pienso con sarcasmo.

Rosaline se acerca a mi con una ancha sonrisa.

―¿Quién te dejo entrar?

― Le tuve que dar 20 billetes a Massimo para que me ayudará.― Me explica mientras se sienta en la orilla de la cama.

"Ese niño será un estafador cuando sea grande."

―Cambiando de tema, vine a dejarte los datos del imbécil que te quería hacer daño.― Saca una carpeta de su bolso y me lo entrega.

Lo tomo y empiezo a leer cada detalle.

Amantes en Italia (Trilogía Italiana #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora