Samara Santoro:
La alarma de mi celular resuena por la habitación, estiró mi brazo con pesadez para apagar ese maldito ruido, que no me deja tomar otras horas de sueño más.
Me levanto sintiéndome mareada ya que aún el alcohol no a bajado de mi sistema del todo, anoche Roseline, mi mejor amiga organizó una gran fiesta en la cuál nos divertimos y estuve ligando con uno que otro chico.
"Tengo que aprovechar mi encanto Santoro."
Entro al ducha dándome un baño rápido, salgo y empiezo a cepillarme los dientes quitando cada mal olor de cigarrillo o cualquier otra sustancia que mis padres puedan detectar con sus narices.
Salgo y busco en mi armario una blusa negra sin tirantes, un pantalón blanco con unas zapatillas en conjunto con la blusa, me visto y me hecho una ojeada en el espejo admirado los atributos que herede de mis padres, sobre todo de mi madre.
―Deberia de cambiarme el apellido a Smith en vez de Santoro―. Suelto al aire.
Me hago un maquillaje rápido y tomó mi bolso y las llaves de mi auto, salgo de mi habitación, bajo las escaleras encontrándome con mi padre al principio del pasillo dándome una mirada severa con los brazos cruzados.
"Aquí vamos de nuevo."
―¿Dónde estuviste anoche?―. Me cuestiona molesto.
―Primero que nada buenos días―. Le respondo tranquila.
―Te hice una pregunta Samara respondela―. Refunfuña.
Odio cuando me dice Samara en vez de Sami. Nunca a traído nada bueno cuando me dice de esa manera.
Suspiro:― En mi habitación padre donde más.
―¿A si? ―. Saca su celular y me muestra un video de seguridad donde me puedo ver caminando borracha y al final del mismo se puede observar como tropiezo con la puerta de la entrada pegándome en la frente y soltando maldiciones.
―Que te puedo decir ♫♪ una aventura es más divertida si huele a peligro ♪♫―. Comienzo a cantar una de las canciones que mi mejor amigo latino canta a diario.
Mi padre voltea los ojos cansado.
―Samara esto es muy serio no puedo dejar mi legado en las manos de una chiquilla irresponsable e incompetente como tú.
Dirá que me duelen las palabras que acaban de salir de su boca pero no es así según vas creciendo y cada vez se vuelven rutinarias al punto que ya te dan igual.
―Pues no deberías dejarlo a mi cargo―. Le digo sin más poniendome mis gafas de sol.
―Deja de ser una insolente y madura de una vez por todas solo te faltan pocos años para graduarte de la carrera esa tan inútil que escogistes para que ejerzas el puesto que en verdad es importante en tu vida.
Hago una mueca de molestia en mis labios y me encaminó hasta la salida ignorandolo.
―Esta conversación no a terminado jovencita―. Lo escucho decir mientras voy caminando.
―Para mi ya esta más que terminada con tu permiso se me está haciendo tarde―. Salgo de la mansión sin dejarlo hablar.
Subo a mi auto empezando a manejar.
Desde que llegué a la adolescencia mi padre me a querido sumergir en el negocio de la mafia, él siempre a soñado con que uno de sus hijos sea su reemplazo cuando el fallezca; y para la mayor desgracia esa soy yo por ser la primera de mis otros 2 hermanos.
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Amantes en Italia (Trilogía Italiana #2)
Teen FictionSamara Santoro es hija de uno de los mafiosos más temibles de Italia, eso a conllevado que no tenga una vida normal como ella lo desea, sino una bajo normas y reglas (que no a seguido claro está). Su rebeldía la lleva a conocer a August D'mali un pi...