Han pasado seis días y puedo sentir como la emoción, ansiedad y los nervios comenzaron a invadir mi cuerpo.
Los días habían pasado más lentos que de costumbre y esa voz que me alegraba el día, apesar que nuestras conversaciones fueran demasiado cortas.
Había llegado a pensar que podría ser ella, sin embargo la posibilidad sería muy escasa, quiero decir, ¿por qué volvería a mí después de todo lo que pasamos? Lo más seguro es que ahora no quisiera saber absolutamente nada de mí por las circunstancias que nos rodeaban. Pero por alguna razón tenía esperanza, malamente. Estaba en un gran dilema, me corazón decía que si era ella, pero mi mente decía "tal vez no. Así que no te ilusiones, Harry". Y realmente lo intentaba, pero era inevitable ignorar aquella posibilidad.
Mordí mi lengua nerviosamente, subí mi portafolios a el asiento del copiloto, mi almuerzo que se encontraba protegido por una delgada hoja de color cafe.
Me senté, cerré la puerta, me abroché el cinturón de seguridad, activé los seguros del auto, que segundos, intenté la llave en su respectiva ranura y la giré, encendiendo el auto, que segundos después comenzó a avanzar.
Oh Londres, mi segundo hogar, te había extrañado. Ya hora de volver. Sonreí inhalando fuertemente. Extrañé el clima húmedo tan característico de esta ciudad que se había adaptado a mí hasta moldear mis huesos.
Continué manejando siendo víctima de los nervios una vez más al notar cuando comenzaba a entrar a la gran ciudad de Bristol.
Un sonido melifluo se escuchó minutos después. Era un mensaje de parte de mi cliente, el cual me notificaba que había e tenido que salir de la ciudad a último momento, por lo tanto tenía pasé directo hacia aquella señorita con la que tanto hablaba últimamente y, como si hubiera sido a propósito, recibí un mensaje de parte de ella.
Mi corazón latió más rápido que de costumbre al teclear una respuesta explicativa sobre mi situación en estos momentos, la cual obtuvo respuesta inmediatamente.
Pasé saliva nerviosamente y comencé a buscar el restaurante previamente mencionado por su parte.
Busqué un lugar para estacionarme y, cuando lo encontré, acomodé el auto y lo apagué.
Suspiré, acomodé mi desordenado cabello negro y mi saco.
Tomé mi portafolio, mis llaves, mi celular, bajé del automóvil color plata y, una vez que activé la seguridad de mi auto, entré al restaurante.
Por fuera algunas mesitas cuadradas con dos con dos sillas cada una, sin embargo, por dentro era totalmente diferente; el piso estaba decorado con rombos blancos y negros. Las mesas era de madera color negra con sus respectivos taburetes cuadrados, en las paredes de el local se encontraban colocadas algunas pinturas abstractas que le daban más vida a el lugar.
Una señorita de cabello castaño claro ―casi de un rubio muy oscuro― se acercó a mí rápidamente.
Me miró de pies a cabeza, haciéndome sentir muy, pero muy incómodo.
―Señor Styles ―afirmó inspeccionandome sin vergüenza alguna.
Aclaré mi garganta, mostrando mi disgusto por la exagerada "atención" que me estaba dando.
Una vez que su atención estuvo en mi rostro me limité a asentir.
―Sígame, por favor, la señorita Brooks la está esperando ―pronunció para después dar media vuelta sobre sus talones.
Comencé a seguirla, hasta el punto en el que detuvo sus pasos delante de una mesa con vista hacia un pequeño parque cerca de aquí.
Una mujer de ondulada cabellera castaña con toques pelirrojos se encontraba sentada dándome la espalda. Llevaba un vestido color beige de tirantes con franjas horizontales de colores verde seco, morado uva y azul marino al final de éste, con un corte perfectamente recto un poco más arriba de las rodillas, junto con unos botines de plataforma aterciopelados color gris oxford.
Su piel era ligeramente morena, sus manos se movían a lo largo de su vestido acomodandolo, que, siendo honesto resaltaba su perfecta figura.
Sus manos finalmente se mantuvieron quietas en la superficie de la mesa y hasta entonces pude notar que uñas estaban cubiertas por una decoración a el estilo francés.
Mi corazón comenzó a latir con rapidez al examinar cuidadosamente la situación.
Después de todo si era ella.
ESTÁS LEYENDO
Mundos Diferentes ®
JugendliteraturHarry Styles, sinónimo de alcohol, tatuajes y diversión, hasta que su tía hace que su vida de un giro de 180 grados. ___ Payne, psiquiatra, doctora de Harry, sin contar que ella es el tipo de chica ideal de él. Poco a poco ambos van sintiendo una g...