Mundos Diferentes ®

Capítulo 63 ▪En El Mismo Mundo▪ (5)

El ambiente que nos envolvía estaba lleno de silencio, que tenía como fondo el sonido del agua callendo, alguno que otro automovil avanzando por el pavimento mojado, mientras que el suave viento soplaba suavemente contra nuestros cuerpos.
Desde que ella años atras había aceptado ser mi novia, nunca había senrido este sentido este tipo de tranquilidad. Incluso podría apostar que me sentía más feliz que nunca.
No sabía exactamente que debería hacer en estos momentos, quiero decir, al fin me había dicho una de las cosas que había estsdo esperando desde hace tanto tiempo.
Y su mirada se encontró con la mia otra vez, fue entonces cuando supe que no había necesidad de hacer concretamente algo.
Todo estaba bien así.
Caminamos mirando simplemente a el suelo fijandonos por donde pisabamos.
―¿Nunca has pensado... ―comenzó a hablar, pero sus palabras se fueron degradando hasta que se quedó callada mirando a un punto en especifico. ―Si realmente existe el infinito? ―preguntó ahora mirando nuestras manos entrelazadas y apretó ligeramente el agarre entre nosotros.
―Claro que sí. Aunque es como si me preguntaras que siento por tí ―respondí sintiendo como mis mejillas adquirian un muy ligero color carmesí, porque sabía que algún día preguntaría algo parecido. Y también sabía que mi respuesta sería la más malditamente cursi que he dicho en mi vida, pero realmente, eso era lo de menos.
Algo en mi interior comenzó a inquietarse en mi interior y entonces pude deducir por lógica que se trataban de mis nervios, pero estos, estos eran diferentes.
Tal vez eran porque nunca antes le había confesado la intensidad de mis sentimientos hacia a ella.
Suspire tratando de calmar mis nervios, pero calmarme totalmente me fue imposible.
Y a pesar que supongo que debe ser realmente normal no se sentía así. Nunca me habia puesto tan nervioso, lo que me inquietaba más de lo que ya estaba.
―___, te amo, mucho, quisas demasiado, tanto, que no puedo expresar con palabras todo lo que siento por tí ―hice y una ligera pausa, tomé su otra mano libre, quedando frente a ella. Nuestras miradas establecieron conexión una vez más y pude notar que se sentía de la misma manera por mí. ―Solo tú me haces sentir vivo, solo tú puedes hacerme sentir más amado de lo que tal vez debería, solo tú puedes causar una revolución entre mi razón y el corazón, solo tú puedes hacer que sienta algo tan puro y profundo. Sé que es y no es posible amarte de esta manera tan sincera, alocada, apasionada, profunda. Es como si mis sentimientos por tí fueran más allá de esta dimensión, algo diferente, algo mucho más fuerte, profundo y puro que jamás imaginé en tener ―acaricié su largo y sedoso cabello castaño con mi mano izquierda, sintiéndome cada vez menos nervioso ante su dulce, profunda y, de cierta forma, apasionada mirada. Un cosquilleo se hizo presente en todo mi cuerpo, mi reapiración previamente irregular comenzó a normalizarse y una sonrisa nerviosa se asomó nuevamente por el lateral de mi rostro. Nunca antes había tenido una platica tan profunda con alguien sobre mis sentimientos y eso en cierta manera, hacía que mis ganas de seguir hablando de ellos incrementarán aún más. ―Cariño, si estuviera prohibido amar a alguien como yo te amo me declararía culpable y no me arrepentiría de hacerlo.
Un ligero sollozo se escapó de su garganta y fue entonces cuando me pregunté si había dicho algo mal.
Miles de ideas comenzaron a inundar mi mente; ¿Y si no sentía lo mismo que yo?, ¿y sí dije algo que no tenía planeado y no me dí cuenta?, ¿y si no ha superado a el infeliz de su ex cónyuge?
Pasé saliva e intenté eliminar inmediatamente esas ideas de mi mente, pero me fue imposible, hasta que sentí sus delicados y finos dedos acariciar con delicadeza mi rostro mientras sus labios se enfocaban en besar mis mejillas, la punta de mi nariz, mi frente y por último, besó mi punto débil. Iba a perder el control si seguía haciendo esto.
―Sí, cielo, yo tampoco puedo encontrar las palabras para decirte todo lo que haces en mí. Te amo tanto.